El Lehendakari, Iñigo Urkullu, ha afirmado que el escenario político en el Estado español «se va a tensionar, aún más, por las elecciones de mayo que se proyectarán como la primera vuelta de las elecciones generales» y, por tanto, cree que 2023 será «un año electoral muy polarizado y crispado», un escenario que, a su juicio, puede «retrasar la materialización efectiva» de los Fondos Next Generation lo que «dificultará la realización de proyectos estratégicos para la transformación de la economía».
Urkullu ha realizado estas manifestaciones en Bilbao donde ha participado en el Foro Expectativas Económicas organizado por El Correo y ha analizado la actual coyuntura, con sus «retos y dificultades».
El Lehendakari ha subrayado que el marco general sigue siendo de «incertidumbre y preocupación» y ha apuntado que las previsiones de la Comisión para la economía europea estiman un cierre de año con un «notable enfriamiento y la mayoría de los Estados miembros podrían entrar en recesión técnica en la primera mitad de 2023».
Urkullu ha destacado que, desde el inicio de la guerra de Ucrania, el suministro de gas ruso se ha reducido en un 80%, lo que «ha disparado» los precios energéticos y ha obligado a la Unión Europea a adquirir gas licuado a otros proveedores a mayor coste.
En este escenario, según ha añadido, se mantiene una estimación de «alta» inflación, 7% en 2023, lo que obligará a ser «más restrictivos con la política monetaria y mantendrá los tipos de interés elevados».
Urkullu ha citado a Alemania, que se encuentra en niveles de inflación similares a la década de los 50, y ha señalado que el Instituto de estudios económicos alemán (IFO) ha señalado que «una de cada dos empresas proyecta subir sus precios».
ECONOMÍA VASCA El Lehendakari ha manifestado que, según la Comisión Europea, la economía española «sorteará la recesión y podría crecer un 1% en 2023». Urkullu ha asegurado que, por su parte, la economía vasca se verá arrastrada por el «enfriamiento» de los países que reciben el grueso de las exportaciones vascas como son Alemania, Francia, Reino Unido e Italia. Ha añadido que, en todo caso, sus previsiones apuntan a un crecimiento del 2%.
Por otro parte, ha indicado que el escenario político en el Estado español «se va a tensionar, aún más, por las elecciones de mayo que se proyectarán como la primera vuelta de las elecciones generales». En este sentido, ha asegurado que 2023 será «un año electoral muy polarizado y crispado» y cree que este escenario puede «retrasar la materialización efectiva de los Fondos Next Generation lo que dificultará la realización de proyectos estratégicos para la transformación de la economía».
Por lo tanto, Urkullu ha manifestado que, en definitiva, 2023 se presenta como un «año incierto, plagado de amenazas y retos». No obstante, ha asegurado que esta «situación de incertidumbre y amenaza no es nueva», aunque «es cierto que la dimensión mundial ha crecido».
«Ante esta situación, tenemos que recordar y fortalecer los espacios de fuerza que tenemos. Esa es nuestra base para convertir las dificultades en oportunidades. La oportunidad está en aprovechar nuestras fortalezas y adaptarnos a los cambios con más rapidez y eficiencia que los demás», ha añadido.
En este sentido, ha subrayado que Euskadi cuenta con «un modelo asentado» de Desarrollo Humano Sostenible orientado al horizonte 2030, se han «acelerado los procesos de transformación y adaptación en estos años» y se ha construido «bases sólidas» para aprovechar las oportunidades que se derivan de la transición ecológica, digital y social.
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