La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha vuelto a pedir, con motivo de la reforma de la nueva Ley Antitabaco, prohibir, de forma permanente, fumar o vapear en espacios públicos abiertos como, por ejemplo, las terrazas.
A su juicio, esta prohibición debería ser «permanente», y no temporal con base en las conclusiones de una revisión de estudios firmada por José Ignacio de Granda-Orivea, Carlos Andrés Jiménez-Ruiz, Inmaculada Gorordo Unzuetac, Eva de Higes-Martínez, Eva Cabrera-César, Raúl Sandoval-Contreras y Carlos Rábade-Castedog, publicada en la revista científica ‘Open Respiratory Archives’.
Y es que, en el mencionado estudio se destaca que los fumadores pasivos expuestos al humo de tabaco de segunda, tercera y cuarta mano y a las sustancias tóxicas que liberan los dispositivos electrónicos (como los e-cigarrillos), tienen mayor riesgo de sufrir infecciones cardiorrespiratorias y de contagiarse de la Covid-19, especialmente si son personas vulnerables.
Esta solicitud forma parte del paquete de cinco medidas irrenunciables presentadas en noviembre de 2021 por SEPAR para ser incluidas en la futura Ley Antitabaco y, esta vez, esta sociedad científica la formula tras este trabajo hecho por neumólogos y expertos en tabaquismo españoles.
«Esta exhaustiva revisión expone que las terrazas son lugares muy frecuentados por fumadores y vapeadores, hasta el punto de que la prevalencia de consumo de tabaco o vapeo en ellas es del 88 por ciento en España. Por cada persona que fuma en estos espacios, aumenta un 30 por ciento la contaminación del aire ambiente del lugar», han dicho desde SEPAR.
Todo ello provoca que los no fumadores estén expuestos a importantes concentraciones de gases y partículas nocivas que proceden de la exhalación del fumador (humo de segunda mano), la combustión del cigarrillo, las colillas(desecho considerado humo de cuarta mano), así como la mezcla de todos estos tóxicos procedentes del fumador con gases de la atmósfera (humo de tercera mano).
Además, prosigue, los agentes químicos presentes en estos locales se mantienen en el tiempo al adherirse a la ropa, objetos u otras superficies de las instalaciones de las terrazas. «Actualmente existe una evidencia científica sólida acerca de la asociación entre la exposición pasiva al humo del tabaco y el desarrollo de enfermedades cardíacas y respiratorias, tumores, infecciones respiratorias o trastornos fetales», han dicho desde la organización.
A su entender, las terrazas donde se fuma o vapea «no son lugares seguros ni saludables» porque no existe un umbral de seguridad para las concentraciones de humo de tabaco en estos ambientes, aunque el mayor daño está relacionado con la menor distancia del fumador o la duración e intensidad de exposición.
«Sabemos que las poblaciones más vulnerables son los niños, las embarazadas, los trabajadores de la hostelería y los pacientes con enfermedades crónicas preexistentes. Por ello, se debe prohibir sin dilación fumar o vapear en terrazas», ha añadido el neumólogo y coordinador del área de tabaquismo de SEPAR, Carlos Rábade.