El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, dejó claro este viernes que la decisión de no permitir a las selecciones lucir el brazalete de capitán con el mensaje inclusivo y en favor de la diversidad ‘One Love’ durante el Mundial de Catar no fue por cuestión «de prohibir» sino basada en la idea de que en «el terreno de juego se juega al fútbol».
«No se trata de prohibir y de no prohibir, tenemos un reglamento que dice en el terreno de juego se juega al fútbol. Todo el mundo es libre de expresar sus puntos de vista y opiniones siempre que sea de forma respetuosa, pero cuando se trata del terreno de juego hay que respetar el fútbol», señaló Infantino en rueda de prensa.
El dirigente recalcó que esta postura «no es nada nueva» y se limita a «proteger el fútbol», subrayando también que no deben olvidar que son «una organización global». «No tenemos que discriminar a nadie en función de la legislación, el régimen, los valores y los sentimientos que tengan», advirtió.
«Son 211 equipos de fútbol y sus aficionados los que quieren venir a disfrutar del fútbol y, sinceramente, creo que estamos defendiendo valores, derechos humanos, los derechos de todos en la FIFA y en la Copa del Mundo», prosiguió Infantino que cree que «todo el mundo tiene sus propios problemas» y que los aficionados que ven el fútbol en los estadios o a través de la televisión «sólo quieren pasar 90 minutos o lo que sea sin tener que pensar en nada más que disfrutar de un pequeño momento de placer y alegría o al menos de emoción».
Además, defendió a Catar, que ha albergado «la mejor» Copa del Mundo de la historia. «Muchas personas han venido y han descubierto el mundo árabe, que no conocían o sólo conocían por los medios de comunicación. Al mismo tiempo, el pueblo de Catar ha acogido a mucha gente de todo el mundo y el mundo ha podido ver que su gente es básicamente positiva y no negativa», afirmó.
Por otro lado, Infantino confirmó que en caso de salir reelegido como todo indica el año que viene, aún podría optar a un mandato más hasta 2021 porque este sería teóricamente el tercero y último permitido por la normativa de la FIFA ya que el Comité Ejecutivo considera que está en el primero, ya que el periodo entre 2016 y 2019 completó el de Joseph Blatter, después de que este fuese suspendido por corrupción.
En este sentido, el mandatario se mostró «muy agradecido y orgulloso» a las más de 200 asociaciones que le apoyan. «También doy las gracias a los demás», señaló el italo-suizo, que también celebró la buena salud económica pese a la pandemia. «La previsión hasta finales de 2026 ni siquiera incluye la nueva Copa del Mundo de clubes y los resultados del marketing deberían tener un impacto significativo», detalló.
El dirigente confirmó que los ingresos de la FIFA al final del año ascenderían a 7.500 millones de dólares, 1.000 millones más de lo presupuestado, y se había aprobado un presupuesto para el ciclo 2023-2026, con ingresos previstos de 11.000 millones de dólares.