Paqui Maqueda, presidenta de la Asociación Nuestra Memoria, ha recordado este jueves que «nombré a mis familiares» a la puerta de la Basílica de la Macarena cuando salían los restos exhumados del general golpista Gonzalo Queipo de Llano y del auditor de guerra Francisco Bohórquez porque «no podía permitir los gritos de Viva Franco y Viva Queipo, y los aplausos. El punto y final a esta historia no lo iba a poner la familia de Queipo. No me parece que sea ahora el momento de ellos, es el momento de las víctimas».
En declaraciones a los medios, Maqueda ha valorado que «aunque sea a empujones, en este país se nos empieza a respetar», al tiempo que ha calificado el día después de la exhumación de los restos de Queipo y de Bohórquez –en virtud a la Ley de Memoria Democrática aprobada por el Gobierno de España– de «orgullo» para las familias de las víctimas y el movimiento memorialista que «con su empeño y persistencia, ha logrado sacar a Queipo de la Basílica».
Maqueda se ha referido a los «insultos» que recibió a las puertas de la Basílica esta pasada madrugada –«que me callara, pedazo de puta», afirma que oyó–, asegurando que «no se quién fue ni me interesa. Nosotros somos distintos. No contesté. Llevan insultándonos muchos años y no devolvemos insultos. Nosotros lo que hacemos es trabajar para que se haga justicia. Apretamos los dientes y tiramos para adelante, como han hecho nuestras familias durante muchos años». «Los insultos manchan a quienes los hacen, sea quien sea», ha sentenciado.
La presidenta de la Asociación Nuestra Memoria ha relatado que nombró a su bisabuelo, al hijo de éste asesinado y a los otros dos que fueron presos-esclavos del franquismo. «Y a mi abuela, que era macarena y rezaba a la Virgen teniendo que pasar por delante de la tumba» de Queipo. «La emoción me pudo y hablaron las víctimas por mí», ha reconocido Maqueda para la que la exhumación de Queipo y Bohórquez contribuyen a hacer que «Sevilla sea una ciudad más limpia democráticamente hablando». «Se nos mira a la cara. Empiezo a sentir mi condición de víctima», ha remarcado.
Maqueda ha anunciado que el movimiento memorialista avisará a la Secretaría de Estado de Memoria Democrática de la placa conmemorativa que aún queda en la Macarena y que «hay que quitarla». «La Hermandad de la Macarena lo sabe. Ha tenido una resistencia feroz pero aunque sea a empujones, en este país se nos empieza a respetar», ha sentenciado la presidenta de la Asociación Nuestra Memoria, que ha apuntado que el Ayuntamiento de Sevilla dispone de información sobre más de 30 símbolos franquistas que aún quedan dispersos por la ciudad.