Las autoridades de Reino Unido han admitido este jueves que el centro de detención de migrantes del Manston, en el condado de Kent, ha estado operando ilegalmente, unas declaraciones que llegan después de que saltaran todas las alarmas debido al hacinamiento sufrido por miles de personas en su interior.
El centro fue creado para albergar a un máximo de 1.600 personas durante periodos de únicamente 24 horas mientras se realizaban los primeros trámites para solicitar asilo en el país. Sin embargo, actualmente el centro cuenta con hasta 4.000 migrantes que denuncian condiciones inhumanas y llevan semanas en el centro.
El secretario de Estado para el Clima, Graham Stuart, ha reconocido que «nadie se siente cómodo» con lo que ha pasado y ha asegurado que el Ministerio del Interior está trabajando para solventar la situación a pesar de que el Gobierno dice estar cubriendo «todas las necesidades básicas» de los migrantes en Manston.
En declaraciones a la cadena de televisión Sky News, Stuart ha indicado que el sistema de asilo «está sobrepasado» con la gran cantidad de llegadas a través del canal de la Mancha en pequeñas embarcaciones. «No es donde queremos que estén ahora mismo, pero tenemos que ver cómo solventarlo. Se han dispuesto miles de habitaciones de hotel, pero es inaceptable para el pueblo británico y necesitamos hacer más para enfrentarnos a los traficantes de personas para frenar lo que se ha convertido en una ola migratoria sin precedentes», ha aseverado.
Está previsto que la ministra del Interior, Suella Braverman, visite Dover esta tarde. Braverman se encuentra sometida a una fuerte presión ante las críticas vertidas en su contra por permitir presuntamente un empeoramiento de las condiciones en las que se encuentran los migrantes en el centro en cuestión.
Braverman ha sido precisamente acusada de permitir que la situación se descontrole después de que una decena de solicitantes de asilo de Manston se quedaran sin lugar en el que alojarse. Sus palabras también han levantado la polémica tras hablar de una «invasión» de migrantes y aludir a «criminales albanos».
El primer ministro de Albania, Edi Rama, ha condenado estas declaraciones y ha acusado a Reino Unido de atacar «falsamente» a los ciudadanos procedentes del país y señalarlos como causa de «los problemas de delincuencia que tiene Reino Unido», según declaraciones recogidas por la cadena BBC.
Si bien ha admitido que el territorio «fue en su día un modelo a seguir a la hora de integrar minorías», ha alertado de que ahora se ha convertido en una «casa de locos».