Las autoridades de Países Bajos han detectado oficinas policiales clandestinas de China en Ámsterdam y Róterdam que servirían, supuestamente, para perseguir a la disidencia política.
China enmascara estas supuestas actividades dentro de lo que denomina «centros de servicio», activos en varios países, según informaciones publicadas este miércoles por la cadena RTL Nieuws y la plataforma de investigación Follow the Money. En teoría, sirven para facilitar trámites a los ciudadanos chinos que viven en el extranjero, por ejemplo para renovar el carné de conducir.
Sin embargo, también ejercería labor policial y de recogida de información. La actividad ahora bajo sospecha se remonta a 2018, en el caso de Ámsterdam, y a este mismo año, en el de Róterdam.
Un disidente exiliado citado por RTL ha explicado que le citaron en la oficina de Róterdam y le instaron a volver a China para resolver sus «problemas». «También me dijeron que tenía que pensar en mis padres», ha relatado.