El G5 Sahel ha invitado a la junta militar de Malí a volver a integrarse en el organismo, que abandonó en junio de 2022 debido a las tensiones entre el bloque y Bamako tras los golpes de Estado de agosto de 2020 y mayo de 2021.
El grupo, integrado por Burkina Faso, Chad, Mauritania y Níger, ha indicado tras una cumbre en Yamena que tiene un «ardiente deseo de que la hermana República de Malí se vuelva a unir a la familia natural que es el G5 Sahel».
En su comunicado final, ha subrayado «la importancia del G5 Sahel como un marco de cooperación y coordinación subregional y un instrumento de combate solidario contra el terrorismo, el extremismo y el crimen organizado».
Así, han hecho hincapié en que «no tiene únicamente una votación militar, sino integrada sobre desarrollo y desafíos vinculados al medio ambiente», antes de apuntar a una «responsabilidad colectiva para preservar y redinamizar el G5 Sahel».
La decisión de Malí de abandonar el G5 Sahel y su fuerza conjunta contra el yihadismo se debía a la negativa del organismo a garantizarle la presidencia por la situación política tras las asonadas. En este sentido, resaltó que esta situación «supone una violación de una decisión adoptada por la institución y de los textos de base del G5 Sahel».
Tras ello, el presidente de Níger, Mohamed Bazoum, destacó que el G5 Sahel «está muerto» tras la salida del bloque de Malí y recalcó que los países occidentales «tienen que hacer más sacrificios» en el marco de la lucha contra los grupos yihadistas en esta región del continente africano.
Fuente: (EUROPA PRESS)