El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro ha llegado este jueves a Brasil tras 89 días en Estados Unidos en un vuelo comercial que ha aterrizado en al Aeropuerto Internacional de Brasilia sobre las 6.30 horas, hora local.
Decenas de personas se han congregado en la terminal para esperarle, aunque la Policía Militar estima que han sido más los agentes desplegados. No se ha reunido con sus seguidores en las instalaciones del aeropuerto, sino que ha sido escoltado a través de un área restringida hasta un vehículo que le llevará hasta la sede del Partido Liberal (PL), para reunirse con congresistas y líderes de la formación.
Los tres meses que Bolsonaro ha pasado fuera de Brasil han dado para mucho: primero tuvo que ser hospitalizado por unos ya recurrentes problemas abdominales de aquella puñalada quue sufrió en 2018, poco después sus seguidores asaltaron las instituciones el 8 de enero y por último el escándalo de las joyas saudíes.
Su estancia en Estados Unidos también ha servido para tejer relaciones con la ultraderecha internacional y se le vio principios de marzo participando en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), recibiendo el reconocimiento entre otros del expresidente de Estados Unidos Donald Trump.
El acto a puerta cerrada en la sede del PL es el único previsto para este jueves. La intención es que descanse y la próxima semana asuma el cargo de presidente de honor del partido, viajando por el país y tejiendo alianzas con miras a las municipales de 2024, en las que el PL confía en recuperar el terreno perdido de cara a fortalecerse para las presidenciales de 2026.
Sin embargo, todavía se desconoce si Bolsonaro podrá ser aspirante en 2026 debido a la posibilidad de que pueda ser inhabilitado mientras avanzan las investigaciones en su contra por el caso de los ataques a la Explanada de los Ministerios y ahora por las joyas que recibió del reino saudí.
A la espera de ser incluido como parte de estas dos investigaciones, Bolsonaro ya es blanco de una quincena de querellas en el Tribunal Superior Electoral (TSE) por poner en duda de la fiabilidad del sistema de votación y sus ataques a los jueces del Supremo, algunos de los cuales forman parte del TSE también.
Fuente: (EUROPA PRESS)