El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha llamado al independentismo a trabajar con unidad para «desplegar» los efectos de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) del 27 de octubre de 2017, tras el 1-O, y de la que este jueves se cumplen cinco años.
«La no aplicación inmediata de los efectos políticos de la DUI no anula su vigencia, sino que obliga a encontrar la manera de desplegarlos, sea desde las instituciones autonómicas o republicanas. Es una vía que no se ha intentado», ha advertido en un vídeo en sus redes sociales recogido por Europa Press.
Puigdemont ha subrayado que, cinco años después, no ha habido ninguna decisión del Parlament o del Govern que «anule, que suspenda o que revoque la declaración de independencia», y ha defendido que los líderes independentistas en el extranjero han trabajado para preservar su legitimidad, en sus palabras.
«Y hemos recordado a todos los actores políticos que ninguna estrategia para culminar la independencia puede prescindir, sino todo lo contrario, de la declaración solemne que hoy cumple cinco años», ha añadido.
DIVISIÓN El expresidente y eurodiputado ha asegurado que el independentismo tiene ahora más razones para querer la independencia, pese a que atraviesa «nuevas dificultades», como la división interna del movimiento.
«El olvido deliberado de la declaración de independencia en determinados sectores del independentismo que la hicieron posible ha actuado con más eficacia que la propia represión del Estado en lo tocante a la desmovilización y la desconfianza», ha criticado.
En alusión velada a ERC, ha sostenido que la negociación con el Estado «no tiene ningún recorrido, ni siquiera en la mejora del autogobierno», puesto que a su juicio es una estrategia que se ha intentado durante décadas y solo ha traído frustración.
En ese sentido, ha llamado al independentismo a reunirse y «pasar balance, para ver si la vía de la desmovilización y dilución del conflicto que se ha practicado estos años ha proporcionado avances en alguno de los frentes vitales para el país», como en materia lingüística o en las competencias de la Generalitat.
Puigdemont ha instado a descartar la estrategia del diálogo con el Estado, porque «ya no hace falta coleccionar más frustraciones confiando otra vez en la palabra de un Estado que hace de la mentira y los incumplimientos su única política de relación con Cataluña».
Por esa razón –ha defendido– en 2017 algunos líderes independentistas asumieron la «vía más incierta y arriesgada» de defender la independencia y la internacionalización del conflicto desde el extranjero tras la DUI, que cree que marcó el inicio de un proceso que solo terminará cuando Cataluña sea reconocida como un Estado independiente.
TODOS VOTARON «A CONCIENCIA»
El expresidente de la Generalitat ha subrayado que en 2017 los diputados del Parlament votaron «a conciencia» la DUI a sabiendas de que el Estado planteaba suspender la autonomía aplicando el artículo 155, que provocó la disolución del Parlament y la destitución del Govern que entonces presidía.
Puigdemont ha recalcado que todos los diputados sabían qué votaban y que «también lo sabía la minoría monárquica que, con su ausencia y su menosprecio a las instituciones, hacía evidente que la única manera que tenía de impedir la independencia» era por medios no democráticos, a su juicio.
«Personalmente me encargué hasta el último momento de que todo el mundo fuera consciente. Sabíamos también que lo primero que deberíamos garantizar en esa hora era la paz y la convivencia, sin las que no habríamos podido llegar donde habíamos llegado, y más teniendo en cuenta que el Estado no había renunciado el uso de la violencia», ha dicho, en referencia a las cargas durante el 1-O.