Ciudadanos ha abierto la puerta a cambiar su estructura en el marco de la refundación iniciada tras sus malos resultados electorales y su dirección va a plantear a la militancia que desaparezca la figura de presidente y el partido se divida en dos direcciones, al estilo del PNV: una orgánica y otra política.
Fuentes del partido ‘naranja’ han señalado que esta propuesta, que tendría que ser respaldada por la militancia, está inspirada en los partidos liberales europeos y busca «proteger» a Arrimadas, a la que definen como su «mayor activo político».
La dirección orgánica gestionaría el día a día a nivel interno, en tanto que la política, liderada por su presidenta, Inés Arrimadas, se dedicaría exclusivamente al discurso y al contacto con la calle.
Una bicefalia de poder que, según las mismas fuentes, se parecería a la del PNV, cuyo presidente es Andoni Ortuzar, mientras que el Lehendakari y candidato a las elecciones vascas es Iñigo Urkullu.
Ciudadanos celebrará en enero primarias y una asamblea para renovar su liderazgo, pero la votación se limitará a la dirección orgánica, según las fuentes. «Inés no va a esas primarias porque va a quedar como referente de la parte política y con la idea que sea la candidata a las elecciones generales» de 2023, han indicado.
De cambiar su estructura, Ciudadanos dejaría de tener presidencia y se le daría otro nombre a los cargos que asuman las direcciones orgánica y política, que estarían integradas en la ejecutiva. «La nueva dirección sería colegiada», han detallado al respecto.
No obstante, para elegir ambas direcciones «siempre habrá primarias», han explicado las mismas, que han subrayado que la intención de Arrimadas es ser la candidata a las generales.
Según las fuentes, en el proceso de escucha hay «unanimidad» en desligar a Arrimadas de la parte orgánica para que no se desgaste. En todo caso, la designación de la dirección política se haría mediante primarias, aunque posteriores a las previstas para el mes de enero.