Tras medio millar de días en aislamiento en cueva, Beatriz Flamini bate récord mundial
Diego Montero
La deportista de élite, alpinista, escaladora y espeleóloga Beatriz Flamini ha abandonado en la mañana de este viernes la cueva de Motril, Granada, España, en la que ha permanecido 500 días. Con ello, la deportista ha batido el récord mundial de permanencia en una cueva, un reto que ha llevado cabo sin contacto con el exterior ni referencias temporales de ningún tipo, la única referencia temporal con la que contaba era su ciclo menstrual.
Una emocionada Flamini ha salido de la cavidad pasadas las 9,00 horas de este viernes, hora local, prácticamente por su propio pie y entre aplausos. Aunque ella ha salido con gafas de sol, se las ha quitado antes de fundirse en un eterno abrazo con los miembros de su equipo, a los que ha agradecido todo el apoyo prestado durante el casi año y medio que ha estado aislada en esta cavidad de la Costa Tropical de Granada a 70 metros bajo tierra.
«Estáis muy guapos» ha dicho Beatriz entre risas a las personas que han estado detrás de este proyecto y que han portado mascarillas para recibirla por la seguridad de la deportista, dado que ha estado 500 días absolutamente aislada. Está previsto que sea sometida a un chequeo médico y a la supervisión de su psicóloga deportiva antes de poder asearse y descansar un poco para poder luego atender a los medios de comunicación.
Con todo, nada más salir, Beatriz ha reconocido que ha sido una «experiencia insuperable» ante los amigos, curiosos, encargados del proyecto y periodistas que se encontraban esperándola fuera de la cavidad.
Todo el proceso está siendo grabado y servirá para una serie documental en la que se ha registrado la vida cotidiana de la alpinista bajo tierra; comidas, ejercicios, los días malos y buenos, los problemas y dificultades, las dudas, los cambios en el cuerpo y la mente, la longitud de los días y noches, la sensación de haber entrado en un bucle eterno de tiempo detenido a las cuatro de la mañana, momentos de terror y euforia.
También, la falta de memoria y concentración, alucinaciones, cambios de humor e incidentes imprevistos, asuntos todos ellos que han sido analizados desde el ámbito científico por diversos investigadores de la Universidad de Granada y la Universidad de Almería.
Un equipo de espeleólogos preparó la cueva para esta aventura, se acometió la instalación de agua, luz y el sistema para ascender y descender por la cueva de manera segura.
Además, Beatriz no mantenía el contacto con el exterior, pero se creó un sistema de comunicación por el que ella podía mandar mensajes al exterior sin conocer nada de este. Esta era la manera en la que se hacía con provisionas necesarias. El sistema establecía un punto intermedio entre la entrada y la base de Beatriz, en ese punto y a través del que miembros de su equipo se llevaban provisiones cuando ella las solicitaba y ella asistía cuando le era necesario.
Esta deportista de élite no sólo fija el récord de aislamiento subterráneo en España, que permanecía desde hace cinco décadas en 103 días, sino que también sobrepasa a la italiana Christine Lanzoni, que en 2007 pasó 269 días dentro de un laboratorio subterráneo, según explican desde la Federación Andaluza de Espeleología y Descenso de Cañones.
El resto de personas que han llevado a cabo experiencias de aislamientos en cueva los realizaban, en su mayoría, en laboratorios subterráneos, y mantenían algún tipo de comunicación directa con el exterior; en el caso del récord mundial disponía además de reloj. El reto de Flamini va más allá, y demuestra la fortaleza física y mental de esta mujer.