UGT ha valorado este martes la moderación del IPC interanual de octubre hasta el 7,3% por el menor coste de los productos energéticos y el tope al gas, pero ha advertido de que la inflación subyacente «no muestra signos de mejora» al mantenerse en el 6,2%.
Para el sindicato, esto es señal de que las tensiones inflacionistas han acabado por extenderse al resto de productos de la compra, situación que ha achacado a la «dinámica especulativa» por parte de oligopolios de grandes empresas «que han aprovechado la situación para incrementar precios y acrecentar sus márgenes de beneficio».
Por ello, la organización que preside Pepe Álvarez ha reclamado al Gobierno una «mayor implicación» para garantizar el bienestar de la población con la introducción de reformas en el sistema de fijación de precios de la energía y con la regulación de las actuaciones de los grandes oligopolios empresariales que están «especulando» con los precios de los productos de primera necesidad.
En este contexto, UGT ha denunciado que los salarios de los trabajadores no están experimentando mejoras sustanciales, con una subida salarial media en convenio del 2,6% hasta octubre, frente a una inflación del 7,3%.
Esta pérdida de poder adquisitivo, advierte el sindicato, puede tener efectos «graves» sobre la economía y el empleo, por lo que ha vuelto a reiterar la necesidad de subir de manera generalizada los salarios, incluyendo cláusulas de revisión para proteger la capacidad de compra de los trabajadores.
En este sentido, y ante el rechazo de la CEOE a acordar con los sindicatos un acuerdo salarial para la negociación colectiva, UGT ha instado al Ejecutivo a proponer un acuerdo global que incluya subidas de salarios y moderación de los beneficios empresariales, de forma que la patronal no pueda «seguir dando la espalda a los intereses de la mayoría social».