Las fuerzas de seguridad de Turquía han lanzado este martes una nueva operación contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en la provincia de TUnceli, situada en el este del país, dos días después del atentado con bomba en Estambul, que dejó seis muertos.
El Ministerio del Interior turco ha señalado en un comunicado que la operación ‘Eren Abluka-13’ cuenta con el despliegue de más de 880 miembros de las fuerzas de seguridad con el objetivo de «eliminar el terrorismo».
Asimismo, ha subrayado que «desde el inicio de la operación se han hallado dos cuevas y cinco escondites, uno de los cuales era usado por el PKK como hospital». Por otra parte, ha confirmado la incautación de armamento, municiones y material médico.
El ministro del Interior, Suleiman Soylu, manifestó el lunes que la sospechosa de colocar el artefacto explosivo en la avenida Istiklal ha sido detenida y apuntó al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) como responsable. Así, dijo que la orden llegó desde Ain al Arab (Kobani), donde opera la destacada milicia kurdo-siria Unidades de Protección Popular (YPG).
Sin embargo el PKK se desvinculó del ataque. «No tenemos nada que ver con este incidente y es bien conocido por el público que no atacamos directamente a civiles ni aprobamos acciones dirigidas contra civiles», dijo el Mando del Cuartel General del Centro de Defensa Popular (HSM)», apuntó. Asimismo, las FDS, una coalición de milicias cuyo principal elemento son las YPG, negó igualmente cualquier relación con el atentado.
El Ejército turco ha lanzado además operaciones militares contra el PKK y sus aliados en la región semiautónoma del Kurdistán iraquí (norte) y el norte de Siria desde que quedó roto el alto el fuego entre el Gobierno y el grupo armado en julio de 2015.