Un estudio del Huntsman Cancer Institute de Utah (Estados Unidos) ha demostrado que el ejercicio moderado ayuda a los pacientes con cáncer colorrectal al reducir la inflamación y mejorar las bacterias intestinales, incluso en pacientes obesos.
En esta investigación, publicado en la revista científica ‘American Journal of Cancer Research’, analizaron el impacto del ejercicio en el microbioma intestinal de los pacientes con cáncer y constataron una asociación positiva.
El microbioma intestinal es la mayor parte del conjunto de bacterias y otros microbios que viven dentro y fuera del cuerpo. Los investigadores descubrieron que la actividad física también era beneficiosa para los pacientes obesos con cáncer, que suelen tener un microbioma intestinal menos saludable.
Los resultados son un paso importante para comprender cómo un intestino sano mejora los resultados del cáncer colorrectal en los pacientes. Aunque otros científicos han estudiado el efecto del ejercicio sobre el microbioma en personas sanas, éste es el primer estudio que analiza los resultados en personas con cáncer.
El equipo descubrió que la actividad física regular puede ayudar a crear un microbioma intestinal saludable, al tiempo que reduce la inflamación. Estos hallazgos se registraron en pacientes independientemente de su índice de masa corporal (IMC), incluso en aquellos clasificados como gravemente obesos o con sobrepeso.
«Un paciente activo tiene un microbioma más diverso y una menor abundancia de bacterias que promueven el cáncer colorrectal, y mayores cantidades de bacterias que protegen contra el cáncer colorrectal. Nuestro estudio sugiere que nadie necesita ser un atleta para obtener los beneficios. Pueden ser actividades sencillas. Simplemente mantenerse activo es muy beneficioso», ha afirmado Himbert.
Los adultos necesitan 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés). Eso equivale a unos 20 minutos de caminata rápida o trote ligero al día.
«La inflamación es un proceso clave que impulsa el cáncer colorrectal. Sabemos que un IMC alto provoca inflamación en todo el cuerpo. La obesidad está a punto de convertirse en la primera causa de cáncer en Estados Unidos, superando al tabaquismo. Más de 13 tipos de cáncer están relacionados con la obesidad. Es importante que entendamos que el ejercicio moderado puede ayudar a los pacientes con cáncer colorrectal a reducir la inflamación, mejorar su salud intestinal y vivir más tiempo, incluso si tienen sobrepeso u obesidad», ha resaltado Ulrich.
Sin contar los cánceres de piel, el cáncer colorrectal es el tercero más común en Estados Unidos, con 106.180 nuevos casos de cáncer de colon y 44.850 nuevos casos de cáncer de recto este año, según la Sociedad Americana del Cáncer.
Tener niveles elevados de inflamación, como se observa en las personas con mayor IMC o que no son físicamente activas, aumenta el riesgo de que una persona desarrolle cáncer de colon.
«Si se reduce el IMC, los niveles de inflamación son menores. Si tienes una inflamación más baja, tu riesgo de muerte se reduce», ha añadido Ose.
Estos expertos recomiendan que las personas con un riesgo medio de padecer cáncer colorrectal empiecen a hacerse revisiones periódicas a partir de los 45 años, ya sea con una prueba que busque signos de cáncer en las heces o con una colonoscopia.