El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) ha alertado de que el conflicto abierto entre el Ejército sudanés y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) podría ser el prolegómeno de una crisis alimentaria en toda la región del este de África y del estallido, según expertos, de una de violencia armada en los siete países que comparten frontera con Sudán.
El director del PMA en Alemania, Martin Frick, recuerda que ’’una tercera parte de los 45 millones de personas que conforman población del país se estaba muriendo de hambre antes del estallido de los combates y ahora hay escasez de todo y los precios se están disparando’’, según declara a DPA.
Esta situación se ha contagiado a Sudán del Sur y Chad, que han acogido a decenas de miles refugiados sudaneses en los últimos días a pesar de sus propias crisis alimentarias. En Sudán del Sur, recuerda Frick, los precios se han disparado un 28 por ciento por el clima extremo que afecta al Cuerno de África.
La violencia, recuerda Frick, ha provocado que el PMA haya tenido que suspender temporalmente sus operaciones de ayuda de emergencia a más de siete millones de habitantes de Sudán, cuyo resquebrajamiento podría suponer el principio de una nueva era de inestabilidad en los siete países que lo rodean: Egipto, Libia, Chad, Sudán del Sur, Etiopía, Eritrea y República Centroafricana.
VIOLENCIA ’’Es una región donde hay mucho oro y diamantes’’, explica a Bloomberg el ex primer ministro de la República Centroafricana, Anicet-Georges Dologuele. ’’Los grupos armados financian sus operaciones a través de estos recursos y me temo que esto podría ser un factor de atracción’’, añade el exmandatario sobre la posibilidad de que Sudán pueda convertirse a medio plazo en el epicentro de una ola de nuevos conflictos.
Chad, un aliado occidental clave en la lucha contra el terrorismo y un baluarte contra la creciente influencia rusa en la región, ha rechazado en los últimos años dos serios intentos de golpe de Estado originados justo al otro lado de la frontera, en la región sudanesa de Darfur, donde ya se han producido intensas luchas étnicas que han dejado decenas de muertos durante la última semana entre tribus árabes y masalit.
Muchos de los grupos rivales de Darfur ’’también pueden tener conexiones en las fronteras de Chad y la República Centroafricana’’, añade a Bloomberg en este sentido Sarra Majdoub, analista independiente de conflictos con sede en Sudán. Por poner un ejemplo de proximidad: el primo de líder paramilitar Mohamed Hamdan Dagalo, alias ’Hemedti’, es el asesor principal del actual presidente de transición de Chad, Mahamat Déby Itno.
Es por ello que, según el investigador John Lechner, especializado en el centro de África, la relación de Sudán con sus vecinos es ’’en este momento muy asimétrica’’ y ’’lo que suceda en Jartum tendrá un impacto en República Centroafricana y Chad, mientras que estos países tienen poco control sobre la situación en la capital’’.
RUSIA Entre los grupos armados que operan en la región se encuentra el grupo de mercenarios ruso Wagner, con presencia Sudán, Libia y República Centroafricana, donde está involucrado en el comercio de diamantes y oro. El grupo también tiene vínculos con una instalación de procesamiento de oro en las afueras de Atbara en Sudán, según las recientes sanciones de la UE.
Los combatientes extranjeros han ayudado al Gobierno de República Centroafricana a asegurar su región norte, tan rica en oro como plagada de grupos armados, algunos con vínculos con grupos en Darfur Occidental y Moscú podría ver reforzada su posición en este conflicto, si bien el Gobierno centroafricano mantiene que las únicas fuerzas rusas en el país son entrenadores desarmados.
’’La situación es muy preocupante’’, remacha el ex primer ministro centroafricano Dologuele. ’’Nuestro gobierno no tiene influencia en lo que sucede en Jartum. Solo tendremos que enfrentar la crisis si, o mejor dicho, cuando llegue aquí’’, avisa.
Fuente: (EUROPA PRESS)