El número de fallecidos por desastres naturales a nivel mundial ha disminuido en estos últimos años respecto a décadas anteriores debido al aumento de sistemas de alerta temprana, aunque de los dos millones de personas que han perdido la vida por esta causa en los últimos 50 años, el 90 por ciento de ellas en países en desarrollo, según concluye un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
La OMM ha publicado este lunes la actualización del ’Atlas sobre mortalidad y pérdidas económicas debidas a fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos’’ producidos entre 1970 y 2021 y cifra estos desastres en casi 12.0000 (11.778), durante ese medio siglo.
Además, el análisis refleja que las pérdidas económicas en este medio siglo por los desastres naturales van en aumento y se han disparado, hasta llegar a 4,3 trillones (billones españoles) de dólares americanos (unos 3,97 billones de euros). No obstante el organismo dependiente de la ONU destaca que la tasa de mortalidad ha descendido, en parte gracias a las alertas tempranas.
Así, la OMM, defiende que la mejora de alertas tempranas y la gestión coordinada de desastres desde 1970 ha permitido reducir ’’drásticamente’’ el número de víctimas mortales.
Uno de los países con más pérdidas económicas fue Estados Unidos, que acumula el 39 por ciento de los daños a nivel global, con un coste estimado de 1,7 trillones de dólares en estos 51 años que abarca el atlas. Sin embargo, es en los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo donde las pérdidas fueron ’’desproporcionadamente altas’’ en relación con el tamaño de sus economías.
Los datos que se han dado a conocer en el Congreso Meteorológico Mundial que se celebra cada 4 años y que comienza este 22 de mayo con un diálogo de alto nivel sobre la aceleración y ampliación de las medidas para lograr que los servicios de alerta temprana lleguen a todos los habitantes del planeta para finales de 2027, dado que la iniciativa presentada en 2022 por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres ’Alertas Tempranas para todos’ es una de las principales prioridades estratégicas que el congreso debe aprobar.
El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, ha lamentado que ’’desgraciadamente’’ las comunidades más vulnerables se llevan la ’’peor parte’’ de los peligros meteorológicos, climáticos e hidrológicos’’. Sin embargo, ha puesto de ejemplo la tormenta Mocha que causó una devastación generalizada en Myanmar y Bangladesh y que afectó a los grupos más pobres de la población. En estos países antes se registraban decenas e incluso cientos de miles de víctimas mortales, ’’tasas de mortalidad catastróficas han pasado a la historia’’. ’’Las alertas tempranas salvan vidas’’, defiende.
Solo entre 2020 y 2021 fallecieron 22.608 personas en el mundo por desastres naturales, lo que la OMM asegura que evidencia un ’’nuevo descenso’’ en la mortalidad en relación con la media anual del decenio anterior. Sin embargo, aumentaron las pérdidas económicas, la mayoría de ellas por tormentas.
Del total de pérdidas económicas por estos desastres el 60 por ciento se registraron en economías desarrolladas, pero en esos países representaron menos del 0,1 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB)de sus respectivas economías en más de cuatro quintas partes de esos desastres. En ningún caso tuvieron pérdidas de más del 3,5 por ciento de su PIB.
Sin embargo, en los países menos adelantados, el 7 por ciento de los desastres que provocaron pérdidas económicas tuvieron un impacto equivalente a más del 5 por ciento del PIB de los países afectados y varios desastres causaron pérdidas económicas de hasta casi el 30 por ciento de sus PIB respectivos.
En concreto, en los pequeños Estados insulares en desarrollo, el 20 por ciento de los desastres que causaron pérdidas económicas tuvieron un impacto equivalente a más del 5 por ciento del PIB de los países afectados e incluso algunos de esos desastres provocaron pérdidas económicas de más del 100 por 100 de sus respectivos PIB.
En África, la OMM ha contabilizado 1.839 desastres por fenómenos meteorológicos climáticos e hidrológicos extremos entre 1970 a 2021, que causaron 733.585 muertes y 43.000 millones de dólares en pérdidas económicas. De estos, el 95 por ciento de las muertes se debieron a las sequías. Sin embargo, el ciclón tropical Idai, en marzo de 2010 fue el que más pérdidas causó en el continente, con 2.100 millones de dólares.
En Asia contabiliza 3.612 desastres de esta naturaleza que causaron 984.263 muertes y 1.400 millones de dólares en pérdidas económicas. Precisamente en este continente se registró el 47 por ciento de todas las muertes de esta naturaleza entre 1970 y 2021 en todo el mundo, la mayor parte por ciclones tropicales, como Nargis, que en 2008 causó 138.366 muertes.
En América del Sur, 943 desastres, de los que el 61 por ciento se debieron a crecidas, causaron 58.484 muertes y 115,200 millones de dólares en pérdidas económicas. Mientras en América del Norte, América Central y el Caribe la OMM contabiliza 2.107 desastres de este tipo que causaron 77.454 muertes y pérdidas económicas por valor de 2 trillones de dólares, el 46% del total. En esa región, la mayoría de pérdidas registradas se debieron a tormentas y, en particular, en ciclones tropicales.
Por su parte, en el suroeste del Pacífico se registraron 1.493 desastres relacionados con fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos que causaron 66.951 muertes y 185.800 millones de dólares en pérdidas económicas, la mayoría, también, por ciclones tropicales.
En cuanto a Europa, la OMM cifra en 1.784 los desastres que provocaron 166.492 fallecimientos, el 8 por ciento de las muertes globales entre 1970 y 2021, así como 562.000 millones de dólares en pérdidas económicas. En la región europea, las temperaturas extremas fueron la principal causa de las muertes registradas y las crecidas, la principal causa de las pérdidas económicas.
En este contexto, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres quiere lograr que ’’todos’’ los habitantes de la Tierra estén protegidos por sistemas de alerta temprana para finales de 2027, al considerar que estos son una medida de adaptación al clima probada y eficaz que salva vidas y cuyo rendimiento multiplica casi por diez la inversión realizada.
No obstante, solo la mitad de los países disponen de estos sistemas y, en los pequeños Estados insulares en desarrollo, los países menos adelantados y África, la cobertura es especialmente baja.
La iniciativa de alertas tempranas para todos está encabezada por la OMM, la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, la Unión Internacional de Telecomunicaciones y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y cuenta con el apoyo de más de otra veintena de organismos de las Naciones Unidas, así como de un gran número de partes interesadas, entre las que figuran instituciones financieras y el sector privado.
Fuente: (EUROPA PRESS)