El Tribunal Supremo de Reino Unido ha fallado este miércoles por unanimidad que el Parlamento de Escocia no puede celebrar un segundo referéndum de independencia sin autorización previa por parte de Westminster, una alternativa planteada por el Gobierno de Nicola Sturgeon para sortear los recurrentes recelos de Londres.
El Supremo ha señalado en una nota publicada en su página web que «en ausencia de ninguna modificación a la definición sobre los asuntos reservados, el Parlamento escocés no tiene autoridad para legislar de cara a la celebración de un referéndum de independencia de Escocia».
Así, ha indicado que el Parlamento escocés no tiene esta autoridad debido a que este proyecto estaría vinculado con el futuro de la unión en Reino Unido, un asunto reservado a Westminster.
Tras ello, Sturgeon se ha mostrado «decepcionada» con el fallo, si bien ha dicho que lo «respeta». Asimismo, ha dicho que el Supremo «no hace las leyes, sólo las interpreta» y ha agregado que «una ley que no permite a Escocia elegir su propio futuro sin consentimiento de Westminster expone como mito cualquier noción de que Reino Unido es una asociación voluntaria y refuerza el caso de la independencia», ha argüido.
«La democracia escocesa no será negada. El fallo de hoy bloquea una ruta para que se escuche la voz de Escocia sobre la independencia, pero en democracia nuestra voz no puede ser silenciada y no será silenciada», ha manifestado en su cuenta en la red social Twitter, antes de anunciar que dará un discurso más detallada en las próximas horas.
Sturgeon quiere sacar de nuevo las urnas el 19 de octubre de 2023, pero el Ejecutivo central considera que del debate independentista quedó zanjado con la consulta de septiembre de 2014. Las autoridades escocesas consideran que el escenario ahora es muy distinto, con Reino Unido fuera de la Unión Europea.