Las autoridades de Irán han defendido este miércoles que su decisión de empezar a enriquecer uranio al 60 por ciento en Fordo va en línea con las normas y regulaciones del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), una medida anunciada tras la resolución crítica aprobada por el organismo contra Teherán por no cooperar con una investigación sobre rastros de uranio hallados en al menos tres de sus instalaciones.
El jefe de la Organización de la Energía Atómica de Irán (OEAI), Mohamad Eslami, ha subrayado que las medidas son parte de la ley aprobada por el Parlamento iraní con un Plan de Acción Estratégica para lograr la retirada de las sanciones contra el país, según ha informado la agencia iraní de noticias Mehr.
Eslami ha detallado que la capacidad de enriquecimiento en las instalaciones subterráneas en Fordo ha pasado del 20 al 60 por ciento, usando las capacidades existentes, y ha agregado que la inyección de gas en nuevas cadenas en la central nuclear de Natanz ha comenzado, tal y como confirmó el martes la OEAI.
Asimismo, ha hecho hincapié en que «la presión política y la aprobación de resoluciones contra Irán no es la solución». «Los problemas no pueden ser solucionados incitando acusaciones», ha criticado, antes de reclamar al OIEA que «aborde los asuntos de forma profesional y en línea con el acuerdo de 2015», en referencia al histórico acuerdo nuclear firmado ese año.
Por último, ha vuelto a criticar a Estados Unidos por abandonar unilateralmente el pacto en 2018 y «romper todas sus obligaciones con el mismo» y ha añadido que «no sólo Estados Unidos incumplió sus compromisos, sino que no ha permitido que lo hicieran otros firmantes, como Reino Unido, Francia y Alemania».
El OEAI indicó el martes que por primera vez habían arrancado los trabajos para la producción de hexafluoruro de uranio al 60 por ciento de enriquecimiento y recordó que ya enriquece uranio a este nivel en la central de Natanz, donde ha inyectado gas en dos nuevas cadenas de centrifugadoras avanzadas. Asimismo, manifestó que las autoridades habían iniciado la pasivación de otras dos cadenas de cara a la inyección de gas en las mismas durante los próximos días, así como el inicio de los trabajos de instalación de una unidad B1000 con capacidad para ocho nuevas cascadas.
El texto aprobado por el organismo internacional, propuesto por Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, fue apoyado por 26 de los 35 miembros que forman la Junta de Gobernadores del OIEA. China y Rusia se opusieron a la medida, mientras que al menos cinco países se abstuvieron, en medio de las tensiones por la falta de acuerdo para reactivar el pacto nuclear de 2015, dañado por la decisión de Estados Unidos de retirarse unilateralmente en 2018 y por las medidas de respuesta de Teherán, que ha abandonado parte de sus compromisos.
De hecho, las autoridades iraníes han confirmado que cuentan con más de 200 kilos de uranio enriquecido por encima de los niveles fijados en el acuerdo de 2015, que contempla que Irán sólo puede enriquecer al cuatro por ciento. Teherán ha asegurado durante los últimos meses que podría llegar a enriquecer uranio al 90 por ciento, necesario para las armas nucleares.