La Guardia Revolucionaria de Irán ha confirmado que más de 300 personas han muerto desde el inicio en septiembre de las protestas por la muerte de Mahsa Amini, una mujer detenida en la capital, Teherán, por supuestamente llevar mal puesto el velo, en el que supone el primer balance oficial desde el inicio de las movilizaciones.
El comandante de la Fuerza Aérea de la Guardia Revolucionaria, Amir Alí Hayizadé, ha resaltado que «más de 300 personas han muerto y han caído mártires durante estos dos meses porque no reconocieron al enemigo», tal y como ha recogido el portal iraní de noticias Tabnak. «Hay que conocer al enemigo», ha manifestado.
Hasta la fecha, la Guardia Revolucionaria había confirmado únicamente la muerte de miembros de las fuerzas de seguridad y agentes de los servicios de Inteligencia en el marco de las movilizaciones, achacadas por Teherán a países occidentales –entre ellos Estados Unidos– que buscan desestabilizar la situación interna.
El balance es sin embargo muy inferior al facilitado por la organización no gubernamental Iran Human Rights (IHR), que habla de más de 410 fallecidos a causa de la represión de las protestas, que se suceden desde hace más de dos meses en todas las provincias del país centroasiático. Por su parte, la Agencia de Noticias de Activistas Derechos Humanos (HRANA) cifra en 451 los manifestantes muertos, a los que se suman 60 agentes de las fuerzas de seguridad.
La represión de las protestas llevó al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas a aprobar la semana pasada la creación de una misión internacional independiente para investigar «presuntas violaciones de Derechos Humanos» en Irán, si bien el Gobierno iraní ha recalcado que «no cooperará» y ha afirmado que «tiene pruebas» sobre el papel de países extranjeros en las movilizaciones.