Los países miembros del formato ampliado de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+) han decidido mantener la producción actual para responder a la incertidumbre de los mercados después de que la Unión Europea marcara el viernes un tope de 60 dólares (57 euros) al crudo ruso.
El resultado de la breve reunión de este domingo, realizada por videoconferencia, refleja la imprevisibilidad de la oferta y la demanda en los próximos meses, y los enormes vuelcos en los precios de la semana pasada.
«Adhiriéndose al enfoque de ser proactivos y preventivos, los Países Participantes reiteraron su disposición a reunirse en cualquier momento y tomar medidas adicionales inmediatas para abordar los desarrollos del mercado y apoyar el equilibrio del mercado petrolero y su estabilidad si es necesario», según el comunicado final del encuentro, recogido en la página web de la organización.
Esto sucede en un momento en que las sanciones de la Unión Europea sobre las exportaciones de crudo de Rusia están a punto de entrar en vigor el próximo lunes, y la progresiva flexibilización de las restricciones contra la pandemia en China, lo que pondrá fin a la reducción del consumo de combustible experimentada en los últimos meses.
«Dados los riesgos fundamentales y geopolíticos, masivos y compensatorios, que pesan sobre el mercado petrolero, los ministros (de la OPEC+) han optado comprensiblemente por mantenerse firmes y atrincherados», ha declarado Bob McNally, presidente de Rapidan Energy Advisers LLC., en comentarios a Bloomberg.
La decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados debería mantenerse durante al menos unos meses. El Comité de Supervisión Ministerial Conjunto del grupo, encabezado por Arabia Saudí y Rusia, se reunirá nuevamente en febrero. El panorama podría ser más claro para entonces, y el panel tiene el poder de convocar reuniones extraordinarias si cree que la política de producción debe cambiar.
No está claro en qué medida esas medidas reducirán las exportaciones rusas. El tope de precio está cómodamente por encima de los 50 dólares a los que actualmente se cotiza el grado de crudo Urals, el buque insignia del país, según datos de Argus Media.
Sin embargo, Moscú ha dicho que preferiría reducir la producción antes que vender petróleo a cualquiera que adopte el precio tope, según ha hecho saber este domingo el vice primer ministro ruso Alexander Novak, en comentarios recogidos por Interfax.
«Venderemos petróleo y productos derivados del petróleo a aquellos países que trabajarán con nosotros en términos de mercado, incluso si tenemos que reducir un poco la producción», ha indicado vice primer ministro.