Las autoridades de Sudán han liberado a un destacado miembro del suspendido Comité para la Eliminación del Empoderamiento y a un policía retirado encargado de la aplicación de las decisiones de este organismo, parte de la estructura de transición creada tras el golpe de Estado de 2019 contra Omar Hasán al Bashir desmantelada tras la asonada liderada por Abdelfatá al Burhan en 2021.
Según las informaciones recogidas por el portal sudanés de noticias Sudan Tribune, los liberados son Uagdi Salí, detenido en octubre tras entregarse a la Policía después de que la Fiscalía emitiera una orden de arresto contra él a raíz de una denuncia presentada por el Ministerio de Finanzas, y Abdalá Suleiman.
Mahmud al Shazali, abogado de Salí, ha detallado que «la Fiscalía ha aprobado su liberación bajo fianza en dos casos tras una orden del fiscal general», de cara a la firma este lunes de un ‘acuerdo marco’ para la transición entre los militares y la coalición civil Fuerzas para la Libertad y el Cambio (FFC), uno de los principales grupos detrás de las manifestaciones que acabaron con la salida del poder de Al Bashir.
Las FFC habían reclamado la creación de un ambiente adecuado para la firma de este acuerdo, incluida la liberación de detenidos, si bien el partido de Salí, Baaz, ha rechazado el pacto y se niega a participar en la ceremonia de firma. En este sentido, Salí ha rechazado firmar cualquier acuerdo que legitime el golpe de Al Burhan, que derribó al primer ministro de transición, Abdalá Hamdok.
«Soy hijo de este pueblo y de sus aspiraciones y nunca me desviaré de ellas. La revolución continúa y seguiremos avanzando, sin importar los sacrificios», ha manifestado Salí, quien era parte en el momento de su detención del Comité para la Eliminación del Empoderamiento, disuelto por Al Burhan y creado para confiscar propiedades de personas cercanas al régimen de Al Bashir.
A pesar de que Hamdok, detenido tras la asonada, volvió al cargo en noviembre de 2021 tras un acuerdo firmado con Al Burhan en medio de las presiones internacionales, finalmente abandonó el cargo tras denunciar la sangrienta represión de las manifestaciones contra el golpe en el país africano, lo que ahondó la crisis política en Sudán.
Finalmente, Al Burhan anunció en julio que daba un paso a un lado para permitir a partidos y organizaciones civiles pactar un nuevo gobierno. Así, aseguró que el Ejército no participará en las negociaciones auspiciadas por el mecanismo tripartito –integrado por la Misión Integrada de Asistencia para la Transición de Naciones Unidas en Sudán (UNITAMS), la Unión Africana (UA) y la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD)– e instó a las fuerzas políticas a impulsar un «diálogo serio de inmediato» para «restaurar la unidad del pueblo sudanés».
Las FFC indicaron tras anunciar el pacto sobre el ‘acuerdo marco’ que tras su firma se procederá a negociar «varios puntos pendientes» con la participación de todos los actores interesados en elaborar una Constitución transitoria. Los firmantes deberán desarrollar cuatro documentos sobre rendición de cuentas y justicia transicional, desmantelamiento del antiguo régimen, revisión del acuerdo de paz de Yuba con diversos grupos rebeldes y reforma de la seguridad.