La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha alertado este lunes del impacto que acarrea el modelo de centros de detención cerrados sobre la salud de migrantes, refugiados y solicitantes de asilo en las islas griegas del Egeo un año después de que se abriera el primer centro de este tipo en Samos.
En un comunicado, la organización ha señalado que las personas que llegan a la isla son «confinadas en el centro de acceso controlado de Zervou, en un lugar aislado y sometido a un alto nivel de seguridad, donde tienen muy difícil pedir atención médica, obtener tratamientos o recibir asesoramiento jurídico».
El centro de Zervou, así como los de Leros y Kos y los que están previstos para 2023 en Lesbos y Quíos, son «el resultado de una política de contención agresiva, financiada por la Unión Europea (UE), para abrir centros de acceso controlado» en lugares remotos de cinco islas del Egeo», tal y como recoge el texto, que alerta de que allí «las personas que buscan seguridad son recluidas mientras se tramita su solicitud de asilo»
Estas personas, ha alertado MSF, «llegan a Grecia angustiadas dado que la mayoría ha huido de conflictos o persecuciones en sus países de origen, y muchas de ellas han sufrido violencia atroz durante su viaje».
«La gente que está en el centro de Zervou nos cuenta que ha sobrevivido a la trata de personas, a agresiones sexuales, a trabajos forzados y a palizas», ha lamentado Nicholas Papachrysostomou, coordinador general de MSF. «Algunas personas han sido testigos de la muerte de sus familiares en devoluciones forzadas anteriores o en naufragios. Los centros de internamiento no cubren sus necesidades básicas y perjudican innecesariamente su salud mental y física», ha explicado.
Asimismo, ha subrayado que las experiencias de MSF muestran «los peligros de los centros cerrados» y ponen de manifiesto que «las personas que solicitan asilo necesitan acceder a atención médica de calidad y oportuna».
«Las autoridades deberían invertir en condiciones de acogida dignas y en alojamientos seguros, como viviendas dentro de las comunidades, y crear programas de integración. Todo el mundo necesita un entorno seguro, solidario y humano para poder registrar y tramitar su solicitud de asilo sin correr el riesgo de volver a sufrir traumas, como establecen la legislación internacional, la legislación de la UE y la legislación nacional», ha sostenido.
ASISTENCIA MÉDICA MSF ha denunciado que la principal carencia es la «falta de acceso a la asistencia sanitaria». Sonia Balleron, coordinadora del proyecto de MSF en Samos, ha afirmado que se trata de «personas que llevan bastante tiempo viajando sin recibir atención médica».
Sin embargo, desde febrero de 2022 el centro solo ha recibido la visita de personal médico en días puntuales y durante pocas horas. La asistencia sanitaria dentro de los centros sigue siendo problemática por la continua falta de personal médico y de material sanitario.
Así, MSF ha advertido que quienes han vivido experiencias traumáticas «sufren un deterioro de la salud mental debido a las condiciones carcelarias de los centros y la segregación y las infraestructuras de seguridad».
Entre septiembre de 2021 y septiembre de 2022, el 40 por ciento de las personas con problemas de salud mental tratadas por MSF en Samos presentaron síntomas relacionados con traumas psicológicos.
«Ahora todas las personas presentan un nivel básico de malestar psicológico», ha manifestado Elise Loyens, coordinadora médica de MSF en Grecia, que ha indicado que «siempre se presenta con los mismos síntomas: dolores corporales, disociación, depresión, trastornos del sueño». «La gente se siente humillada en estas condiciones», ha añadido.