Al menos ocho civiles han muerto como consecuencia de una serie de ataques lanzados por las fuerzas rusas sobre la ciudad ucraniana de Kurajove, en la región de Donetsk, según las autoridades locales, que han denunciado que los bombardeos han afectado a objetivos ajenos al ámbito militar.
Un portavoz de la Presidencia ucraniana, Kirilo Timoshenko, ha afirmado en Telegram que los proyectiles han impactado sobre un mercado, una estación de autobuses y varios edificios de viviendas, entre otros lugares. Además de las víctimas mortales, las autoridades tienen constancia de al menos cinco heridos.
Timoshenko ha asegurado que las Fuerzas Armadas de Rusia han utilizado en esta zona bombas de racimo, un tipo de armamento prohibido por el Derecho Internacional por sus efectos indiscriminados sobre la población civil, tanto de manera inmediata como a medio y largo plazo –en el caso de las municiones que quedan sin explotar–.
Donetsk es uno de los principales frentes de batalla entre las tropas rusas y ucranianas. Moscú reivindica su soberanía sobre ésta y otras tres regiones del este de Ucrania, en virtud de unos referéndums que no reconoce ni Kiev ni gran parte de la comunidad internacional.