Alrededor del 40 por ciento de los casos de cólera confirmados en Haití en los últimos dos meses corresponden a niños, según el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), que ha advertido de la especial prevalencia de este brote en zonas que ya sufren un contexto general de desnutrición.
En concreto, nueve de cada diez casos se han registrado en las áreas más afectadas por la crisis alimentaria, lo que convierte en especialmente vulnerables a quienes contraen la enfermedad, sobre todo si se trata de menores de edad.
El Ministerio de Salud haitiano ha notificado 188 fallecidos por un brote que suma ya 924 casos confirmados y más de 10.600 sospechosos, por lo que UNICEF confía en aumentar su despliegue. Para ello, pide 26,6 millones de euros con los que quiere ofrecer ayuda humanitaria a 1,4 millones de personas.
El director de la Oficina de Programas de Emergencia de UNICEF, Manuel Fontaine, ha constatado en una visita de cuatro días al país caribeño la «triple amenaza» que sufren los niños y que suma «la desnutrición, el cólera y la violencia armada». «En ocasiones, se dan las tres juntas», ha alertado.
El cólera provoca diarrea acuosa aguda y vómitos que pueden deshidratar y matar en pocas horas «sin un tratamiento a tiempo adecuado». Si esta enfermedad se suma a la desnutrición, surge una «combinación letal», en palabras de Fontaine, que ha visitado varios centros de tratamiento apoyados por la agencia.
Ve margen para «romper el círculo vicioso entre la desnutrición y el cólera», pero ha llamado a actuar cuanto antes. «Un tratamiento sencillo, asequible y eficaz puede salvar la vida de los niños y niñas haitianos, siempre que lleguemos a las familias más vulnerables antes de que sea demasiado tarde», ha reclamado.