El primer ministro de Rumanía, Nicolae Ciuca, ha preferido esquivar la última polémica de su homólogo húngaro, Viktor Orbán, después de que apareciera vistiendo una bufanda que hacía referencia a la ‘Gran Hungría’ –que incluye territorios rumanos– y ha aseverado que es mejor no entrar en «este tipo de juegos».
«No es la primera vez que observamos este tipo de salidas de tono, no creo que debamos entrar en este tipo de jugos», ha expresado Ciuca este miércoles durante la rueda de prensa conjunta con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con motivo de la cumbre hispano rumana celebrada en Castellón.
No obstante, Ciuca sí ha pedido que se respeten «las normas» y «las reglas del Estado de derecho», enfatizando que para Rumanía «la colaboración» entre Estados y «la opción del diálogo siempre están abiertas».
Por último, el primer ministro rumano también ha reclamado respeto hacia las «relaciones basadas en aquello que se acordó a nivel europeo e internacional», en referencia al Tratado de Trianon de 1920, surgido tras el final de la I Guerra Mundial y con el que el reino de Hungría perdió el 70 por ciento de su territorio.
La polémica surgió después de que los propios canales del Gobierno húngaro mostraran unas imágenes de Orbán en un partido de fútbol del equipo nacional llevando una bufanda con una imagen del reino de Hungría, que incluye entre otros territorios ahora rumanos, ucranianos, checoslovacos, entre otros.
Antes que Ciuca, otras autoridades rumanas reprocharon que este gesto «irresponsable» y «revisionista» de Orbán le situaba cada vez más cerca del presidente ruso, Vladimir Putin, al que también acusaron de «soñar» con cambiar las fronteras, en clara referencia a la guerra en Ucrania.
«Orbán debe rendir cuentas por este acto incompatible con el estatus de miembro de la familia de las democracias liberales», dijo el eurodiputado rumano Alin Mituta.
Al igual que Rumanía, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania también protestó y exigió una «disculpa oficial», al mismo tiempo que anunció que citaría al embajador húngaro en Kiev para que diera explicaciones por este «inaceptable» hecho.