El sector químico español prevé cerrar el ejercicio 2022 con un incremento de la cifra de negocios del 17,6%, hasta los 90.835 millones de euros, por el efecto de los precios, si bien la producción apenas crecerá un 0,2% respecto a 2021, un desplome que se ha producido en el segundo semestre del año motivado por el precio del gas y la electricidad.
Así lo ha explicado la nueva presidenta de la Federación Empresarial de la Industria Química Española, Teresa Rasero (presidenta de Air Liquide), quien ha sido elegida hoy en el cargo en el marco de la asamblea general de Feique, durante la cual ha realizado un balance de situación del sector químico español y ha presentado las previsiones de cierre de 2022.
Así, respecto a la cifra de negocios, Rasero ha dejado claro que su elevado crecimiento no se corresponde con el comportamiento de la producción.
«Registraremos un crecimiento que puede llevar a engaño. La realidad es que todo el crecimiento en 2022 se deberá al incremento de los precios. No producimos más, pero los precios de la energía que consumimos se trasladan -y no siempre es posible- a los productos finales. Así, el año se cerrará con un crecimiento algo menor del 18%, y la cifra de negocios superará los 90.000 millones de euros», ha destacado.
«Tenemos un gran reto ante nosotros, iniciado ya en 2021 por el incremento constante del precio del gas, que se aceleró de forma definitiva tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Esta circunstancia sigue provocando, no solo precios desorbitados de la energía, sino también riesgos de desabastecimiento en múltiples materias primas que se encuentran en las principales cadenas de valor de la economía», ha indicado la presidenta de Feique durante su intervención.
En 2021, el sector químico, no solo recuperó los niveles previos a la pandemia, antes de concluir el primer trimestre, sino que continuó incrementando su capacidad productiva hasta registrar un crecimiento notable del 5,9%. De hecho, inició 2022 con la misma tendencia, pero a partir de la invasión de Ucrania, y con mayor intensidad tras la reducción progresiva del suministro de gas desde Rusia, se inició un descenso en la curva de producción.
Aunque en agosto registraba todavía un crecimiento del 1,8%, se estima que finalmente se sitúe en el entorno del 0,2% al concluir el ejercicio.
Este descenso en la última parte del año estará motivado principalmente por el precio del gas y la electricidad, que han generado una reducción de capacidades productivas e incluso paradas que han tenido que asumir las plantas de producción cuya demanda no ha logrado contrarrestar el incremento de costes.
Dicha situación no es homogénea para todo el sector químico, concentrándose la caída sobre todo en la química básica, más dependiente de la energía por su naturaleza, que ya acumula descensos de hasta seis puntos porcentuales este año. Por su parte, el área farmaquímica y la química de consumo continúan mostrando crecimientos sólidos de entre 3 y 5 puntos.
Sin embargo, aunque se estima que parte de esta caída pueda recuperarse en la medida que las cogeneraciones reactiven progresivamente su actividad tras la corrección efectuada en el mecanismo ibérico, advierte que los precios energéticos no muestran por el momento un cambio de tendencia en sus futuros y continúan comportándose con gran volatilidad.
En el ámbito de la Unión Europea, la situación del sector es más crítica, especialmente en Alemania, donde la producción química ya está cayendo en torno al 10%.
Esta coyuntura para el resto de grandes productores europeos supone un indicio muy negativo debido a la gran interdependencia de insumos que existe, según ha explicado Rasero.
Alemania es el mayor socio comercial del sector químico español, con intercambios comerciales que superan ampliamente los 12.000 millones de euros anuales.
EL ALZA DE PRECIOS EXPLICA LA MEJORA DEL SECTOR EXTERIOR En los mercados exteriores se espera un crecimiento del sector químico del 21,5% hasta final de año para alcanzar unas exportaciones por valor de casi 60.000 millones de euros. Pese a que el dato consolida al sector como primer exportador industrial de la economía española, nuevamente los precios son responsables directos de dicho incremento, mientras que el volumen de exportación está siendo incluso menor que en 2021.
En España, la mayoría de los contratos están vinculados a futuros TTF y existe un diferencial considerable entre el precio al que la industria compra y el precio medio real de aprovisionamiento por parte de los operadores.
REDUCIR EL PRECIO DEL GAS Ante esta situación, Rasero ha señalado que es fundamental que la Comisión Europea, una vez solventadas las reticencias alemanas, establezca con urgencia los mecanismos que permitan reducir el precio del gas, bien sea fijando un precio máximo de adquisición, modelos de compra conjunta o intervenciones en el propio TTF.
En el ámbito nacional, otra medida sería, tal y como se está proponiendo en Alemania para su industria, la fijación de un precio máximo del gas para los consumidores industriales (70 euros el MWh) bajo el que quedaría cubierto el 70% del consumo de una empresa. El exceso frente al precio real sería asumido por un plan presupuestario.
Para la Industria química sería necesario que este límite al precio del gas fuera, no solo aplicable a los consumos energéticos, sino también al gas como materia prima. Este insumo se utiliza en diversos procesos para la fabricación de numerosos productos esenciales como amoniaco, etileno, o metanol, necesarios, a su vez, para producir, entre otros, fertilizantes, CO2 agroalimentario, adblue, tejidos sintéticos, pinturas, aislantes, detergentes, polímeros y componentes del automóvil o lubricantes.
MARCO TEMPORAL DE AYUDAS Su uso es notable en la cadena de valor de la agricultura, el transporte, la higiene, o la alimentación, así como en otras áreas de aplicación, incluyendo múltiples productos intermedios de los que depende la actividad de muchos sectores económicos.
En el caso específico del gas como materia prima, al igual que otros insumos no energéticos (minerales críticos, semiconductores) también afectados por la crisis energética o el conflicto bélico, otra opción que Feique ha trasladado al Gobierno es la activación de un marco temporal de ayudas -en línea con lo que están anunciando otros países del entorno- para garantizar la continuidad de la actividad del tejido productivo en España y evitar el cierre de plantas.
Por último, la presidenta de Feique ha solicitado que el Perte de descarbonización, que debe publicarse en las próximas semanas, establezca «criterios razonables y una intensidad suficiente en las ayudas», puesto que son numerosos los proyectos de inversión en cartera de las empresas industriales y la calidad de los incentivos es absolutamente determinante si se considera la situación industrial.
En este sentido, y a través de la Alianza Industrial, ya se ha trasladado al Ministerio de Industria el modelo adoptado por Portugal, que, en opinión de Feique, podría ser replicado en España para garantizar resultados.