Cientos de personas han vuelto a salir a la calle este jueves en Irán, donde un grupo de manifestantes ha irrumpido en la oficina del gobernador de Mahabad para protestar por la muerte de Ismail Moloudi, un joven que murió a manos de los agentes de la Guardia Revolucionaria durante el último día de manifestaciones.
La población de Mahabad, que se encuentra en el oeste del país y es de mayoría kurda, ha acudido a su funeral al grito de «muerte al dictador», si bien las fuerzas de seguridad han abierto fuego en un intento por sofocar las protestas, según informaciones de la cadena Iran International, que señala que varias personas han resultado heridas.
Moloudi falleció el miércoles tras recibir un disparo durante las protestas que se celebraron tras cumplirse 40 días de la muerte de Masha Amini, la joven de 22 años que falleció tras haber sido detenida por la Policía de la Moral por incumplir el código de vestimenta islámico. Este jueves y durante el funeral de Moloudi, la multitud ha insistido en que «los mártires nunca mueren».
Además, durante las protestas del último día –registradas en más de una decena de ciudades de la provincia del Kurdistán– otro joven de 21 años, Mohamad Shariati, falleció a causa de los disparos de los agentes iraníes.
Activistas y grupos de defensa de los Derechos Humanos han vuelto a convocar protestas a nivel nacional e internacional. En un comunicado, un movimiento de Teherán ha pedido a la población a nivel global salir a la calle el sábado para crear una «cadena humana» en solidaridad con el pueblo iraní, al tiempo que ha instado a quienes se encuentren en el país a protestar todos los días desde este jueves a las 16.00 (hora local) por la muerte de Nika Shakrami, una adolescente de 16 años que falleció también a manos de los agentes tras sumarse a las protestas a finales de septiembre.