Un estudio realizado por la Universidad de Cornell (Estados Unidos) ha determinado que la capacidad antioxidante del pistacho es superior a la de la mayoría de alimentos comúnmente conocidos por su poder antioxidante, como los arándanos, las granadas, las cerezas y la remolacha.
Los pistachos, entre otros frutos secos, son uno de los principales componentes de la dieta mediterránea, considerada también en el año 2022 como la más saludable por sus efectos protectores de la mayoría de enfermedades crónicas, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, las enfermedades neurodegenerativas y algunos tipos de cáncer.
«En comparación con otros frutos secos, el pistacho tiene una menor cantidad de grasa y contenido energético, junto a una alta proporción de fibra (tanto soluble como insoluble), potasio, vitaminas E y K, fitosteroles, determinados carotenoides, como la luteína y zeaxantina, y también compuestos fenólicos, que explican su gran capacidad de protección frente a numerosas enfermedades», ha comentado el doctor Ramón Estruch, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona.
El experto ha añadido que «el consumo regular de 49 pistachos reduce la presión arterial (al facilitar la síntesis de óxido nítrico, un potente vasodilatador); facilita la función endotelial y reduce la rigidez arterial (nuevos factores de riesgo vascular); mejora el perfil lípido (al reducir el colesterol total y sobre todo el colesterol perjudicial – LDL-colesterol); minimiza la incidencia de diabetes (al tratarse de un alimento con bajo índice glucémico)».
«También promueve el crecimiento de las bacterias saludables de la flora intestinal (gracias a su alto contenido en fibra que al fermentar se convierte en ácidos grasos de cadena corta, como el butirato)», ha remachado.
Además, ha destacado que «todos estos mecanismos determinan que las personas que consumen con frecuencia estos frutos secos presenten una reducción de casi un 20 por ciento en la mortalidad total y una reducción cercana al 30 por ciento en el riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares mayores, como infarto de miocardio, accidente vascular cerebral o muerte de causa cardiovascular».
En este contexto, el grupo de investigación de la Universidad de Cornell ha estudiado el perfil fenólico de los pistachos tanto crudos como tostados (ácido gentísico y catequina); su capacidad antioxidantes plasmática y celular; y su capacidad anti proliferativa sobre células tumorales de cáncer de colon, hígado y mama. Se trata de nuevos conocimientos sobre los mecanismos protectores de los pistachos sobre las principales enfermedades crónicas, principalmente el cáncer, en este caso.
En su trabajo, publicado en la revista científica ‘Nutrients’, los investigadores deseaban comprender mejor el posible mecanismo que hay detrás de los beneficios para la salud y que recientes estudios han relacionado con los pistachos.
En este sentido, analizaron los pistachos para determinar: la composición de los fitoquímicos de los pistachos, pues estos compuestos a base de plantas podrían contribuir a reducir el riesgo de enfermedades crónicas y a mantener el correcto funcionamiento del organismo; el poder antioxidante de los pistachos; y si los extractos del pistacho podrían ayudar a inhibir el crecimiento de células tumorales (células de cáncer de mama, hígado y colon) en un entorno de laboratorio.
Para medir el potencial antioxidante de los pistachos se aplicaron dos métodos distintos. La capacidad de absorción de radicales de oxígeno (ORAC), por una parte; y, la actividad celular antioxidante (CAA), por otra. Los resultados demostraron un nivel muy alto de actividades antioxidantes en los pistachos.
«Nos entusiasmó observar que la capacidad antioxidante de los pistachos era tan elevada. Cuando comparamos los valores de otros alimentos populares por su alto contenido en antioxidantes utilizando los mismos métodos, observamos que la actividad antioxidante de los pistachos era superior a la de otros alimentos que, tradicionalmente, han sido considerados potentes antioxidantes. Es el caso de los arándanos, las cerezas y la remolacha», ha indicado Rui Hai Liu, profesor de Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Cornell.
Según este experto, la elevada actividad antioxidante del pistacho «podría deberse a los compuestos exclusivos de los pistachos, como la vitamina E, los carotenoides, los fenólicos y los flavonoides». «La combinación o interacción de estos antioxidantes beneficiosos, compuestos bioactivos, junto a otros nutrientes de los pistachos, es probablemente lo que contribuye a los numerosos beneficios para la salud que se han observado en los estudios sobre los pistachos en los últimos años», ha apostillado.