La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha señalado que el indicador de estrés de los mercados financieros españoles ha alcanzado en los primeros días de octubre el mayor nivel de riesgo registrado desde la pandemia, según afirma en su boletín del tercer trimestre.
El supervisor explica que el indicador experimentó un paulatino incremento desde mediados de septiembre hasta situarse en 0,55 en los primeros días de octubre, cifra que implica un nivel de riesgo alto. Tras varios meses bordeando el umbral que separa el riesgo medio del riesgo alto (que es en torno a 0,49), el indicador ha llegado en la primera semana de octubre al mayor nivel de riesgo observado desde la pandemia.
Este incremento del nivel de riesgo se explicaría por las caídas de los precios y los repuntes de la volatilidad de la mayoría de los activos financieros, así como la tendencia creciente de las primas de riesgo. Los que muestran una mayor contribución a la evolución total del indicador de estrés son el mercado de intermediarios financieros y el de bonos, que cerraron la primera semana de octubre en 0,80 y 0,77, respectivamente.
En su boletín, la CNMV explica que el entorno macroeconómico y financiero internacional y nacional «continúa siendo muy complejo» ante el fuerte crecimiento de la inflación y el «abrupto» giro de la política monetaria. El repunte de la inflación, considerado inicialmente temporal, se ha consolidado en torno al 10% en varias economías, niveles «no observados desde hace cuatro décadas».
A fin de evitar los efectos de segunda ronda –es decir, que la inflación se traslade a los salarios y se cree una espiral inflacionista– y de anclar las expectativas de inflación, los bancos centrales han tomado un «giro rápido y abrupto» de la política monetaria, cuyas consecuencias son «aún inciertas», especialmente sobre la evolución de la actividad económica.
El supervisor señala que los mercados financieros han incorporado este escenario de alta inflación, giro de la política monetaria, erosión del crecimiento económico y prolongación de la guerra en Ucrania con descensos en los precios de las cotizaciones de las acciones e incrementos significativos en los tipos de interés y en las primas de riesgo de los instrumentos de peor calidad crediticia.
RENTA VARIABLE Entre enero y septiembre, los mercados de acciones muestran caídas de entre el 20,9% y el 32,4% en EEUU, entre el 6,6% y el 24,5% en Europa, y entre el 7,8% y el 9,9% en Japón. Las bolsas de las economías emergentes presentarían mayor heterogeneidad, con avances en aquellas favorecidas por el aumento de los precios de las materias primas y descensos en otras, más expuestas a la guerra o a incertidumbres políticas de carácter doméstico. En España, el Ibex 35 acumula una pérdida del 15,5% en el conjunto del año, algo inferior a la de otros índices europeos de referencia.
La CNMV indica que el comportamiento del Ibex 35 en el trimestre fue ligeramente peor que el de las compañías de mediana capitalización (-8,3%), pero notablemente mejor que el de las empresas de pequeña capitalización (-15,3%), que acusaron en mayor medida el endurecimiento de los costes de financiación y las perspectivas de deterioro de la situación económica.
Por otro lado, el valor de la volatilidad histórica del selectivo madrileño volvió a descender en el tercer trimestre (16,3%) por segundo trimestre consecutivo y registra su valor más bajo del último año.
El supervisor señala que el nivel de este indicador se sitúa por debajo de su promedio anual del 19,3% y su comportamiento, al contrario de lo que es habitual, ha sido menos volátil que el del Eurostoxx 50 o el de otras plazas europeas que han acusado más el estallido del conflicto bélico en Ucrania.
RENTA FIJA En cambio, en los mercados de deuda se han producido incrementos importantes en la rentabilidad de los activos a lo largo del año, tendencia que solo se habría visto interrumpida en junio y julio. A final de septiembre el tipo de interés del bono de deuda soberano a 10 años se situaba en el 3,8% en EEUU –frente al 1,5% a principios de año–, y en la zona euro oscilaba entre el 2,1% del bono alemán y el 4,8% del bono griego –frente al -0,2% y el 1,3% en enero, respectivamente.
En España este rendimiento se situaba en el 3,3%, frente al 0,6% de principios de año, con valores en terreno positivo en todos los tramos de la curva de deuda.
El boletín recoge que el rendimiento de los activos de renta fija privada a corto plazo en España registró alzas, especialmente en el plazo de un año, mientras que en el medio y largo plazo, aunque fueron intensas, se concentraron en los plazos más largos, debido a la desaparición de las compras de deuda corporativa por parte del BCE.
Con respecto a las emisiones de renta fija privada efectuada por emisores españoles, la CNMV resalta que el importe registrado en España en el tercer trimestre superó los 27.650 millones de euros, mientras que las realizadas en el exterior en los meses de julio y agosto fue próximo a 16.000 millones de euros.
En lo que va de año las emisiones de renta fija registradas en España se sitúan en 80.521 millones de euros, un 9% más que 2021. El supervisor resalta el crecimiento de las emisiones de cédulas hipotecarias y pagarés de empresa, cuyos importes se situaron en 27.300 y 29.855 millones de euros, respectivamente, lo que supone un crecimiento del 24% y el 80%, respectivamente, respecto al mismo periodo de 2021.