La venta de televisores 4K y 8K podría sufrir restricciones cuando el próximo 1 de marzo de 2023 entren en vigor en el marco de la Unión Europea las nuevas limitaciones en torno al Índice de Eficiencia Energética (IEE) para las pantallas electrónicas.
El IEE es un índice que muestra la energía que necesita y utiliza un producto para realizar sus funciones y, en el caso de los televisores, se calcula en función del área de visualización de la pantalla y su potencia cuando está encendida.
La Comisión Europea adoptó una nueva normativa en 2019, de aplicación desde el 1 de marzo de 2021, en la que abordaba la cuestión de la eficiencia en las pantallas electrónicas y el modo en que establecería nuevas etiquetas energéticas, que se implementarían con el objetivo de fomentar un consumo de energía sostenible.
Estas etiquetas energéticas, ya en vigor, clasifican aparatos y dispositivos electrónicos en una escala de A a G en función de la energía que consumen, lo que, por un lado, ayuda a los consumidores a conocer cuánto gastan sus productos y, por otro, a las empresas a diseñar productos más eficientes y sostenibles.
Estos distintivos se aplican a productos como frigoríficos, lavavajillas, lavadoras y televisores –que deben llevarlo desde el 1 de marzo de 2021–, así como bombillas y lámparas, que lo señalan desde el 1 de septiembre del pasado año.
Tal y como se especifica en la página web oficial de la Unión Europea, cada nueva etiqueta energética está diseñada de manera que la clase A, que es la de mayor eficiencia, esté vacía inicialmente. De ese modo, se deja margen para la innovación y el desarrollo de nuevos modelos más eficientes.
Asimismo, el IEE máximo permitido en los dispositivos electrónicos comercializados en los países miembro es de 0,90, que se corresponde con la clase energética más baja o la etiqueta G. Sin embargo, una revisión de este reglamento ha modificado los límites establecidos para las pantallas electrónicas, categoría de producto en la que se incluyen los televisores y los monitores.
La revisión modifica los anexos I a IV del Reglamento (UE) 2019/2021 e incluye un nuevo cuadro de IEE a partir de la potencia del modo encendido y la superficie de visualización, en el que se contemplan valores más bajos de los previamente establecidos.
En esta nueva normativa se determina que el índice para pantallas electrónicas con resolución igual o inferior a HD (1.920 x 1.080 píxeles) pasa del 0,90 actual al 0,75 a partir de 2023. Esto indica que todos los televisores con dicha resolución deben ajustar su IEE al valor más actualizado para que se puedan distribuir en los países de la UE a partir el 1 de marzo del próximo año.
Este cuadro de índices también cambia los correspondientes a las pantallas electrónicas con resolución superior a HD e igual o inferior a UHD (3.840 x 2.160 píxeles). Esto es, los televisores con resolución 4K.
En la modificación de 2021 se establece un nuevo límite máximo de 0,90 que sustituye al anterior (de 1,10) y determina que, con la entrada de la nueva normativa en la UE el 1 de marzo de 2023, los fabricantes no podrían vender televisores 4K con un índice superior a ese.
Asimismo, se introduce una nueva categoría de pantallas electrónicas, las de resolución superior a UHD (que se corresponderían con los paneles 8K) y pantallas microLED. En este caso el IEE también será de 0,90 como máximo.
IMPACTO EN EL MERCADO DE LOS TELEVISORES En este sentido, conviene mencionar que no todas las compañías tecnológicas fabrican actualmente televisores que se ajusten a ese baremo, que depende principalmente de la tecnología utilizada y la eficiencia en el consumo de la energía.
Por ese motivo, con la entrada de esta normativa en marzo del próximo año, algunos fabricantes se exponen a la prohibición de la comercialización de sus productos si no se ajustan a las limitaciones establecidas por esta normativa.
La 8K Association, representante de la industria del 8K, se ha quejado ya de que «los límites de consumo de energía en los televisores 8K (y las pantallas basadas en microLED) se establecen tan bajos que prácticamente ninguno de estos dispositivos pasar», lo que pone en riesgo sus ventas en la Unión Europea.
Entre algunas de las compañías que integran televisores 4K en sus catálogos y están trabajando en la configuración de nuevos modelos con resolución 8K, se encuentran Sony, Samsung, Philips o LG.
Esta última, por ejemplo, cree que «esta regulación aumentará la visibilidad de aquellos modelos que sí se esfuerzan por un consumo contenido que repercuta tanto en el medioambiente como en el bolsillo del consumidor», según el especialista de producto de TV y AV, Luis Navarrete.
Este responsable recuerda que, actualmente, todos los modelos 4K de LG «están por debajo o en torno al límite de 0,90 marcado como máximo de consumo por la regulación», por lo que «es de esperar que los índices de los modelos que se presenten a partir de 2023 sean mucho más eficientes todavía».
No obstante, esta normativa sí le afecta en la producción de modelos más avanzados, los televisores 8K. LG actualmente dispone de tres series en el mercado y una de ellas está muy próxima al límite de 0,90, formada por los modelos 75QNED966QA (0,94) y 65QNED966QA (0,96).
A pesar de ello, Navarrete sostiene que estos televisores están «muy lejos de otras tecnologías 8K, que llegan hasta 2,5» y que el nuevo IEE «no afectará a futuros lanzamientos» una vez haya entrado en vigor dicha resolución.
En torno a un futuro con mayor número de modelos 8K, el responsable de LG comenta que la compañía se ha encontrado «con una escasez real de contenidos 8K», motivo por el que ha redoblado su apuesta por las tecnologías 4K frente al 8K.