El líder de la junta militar de Burkina Faso, Ibrahim Traoré, ha denunciado que el Ejército fue «politizado» e «infiltrado» y ha advertido de que «mucha gente ignora la gravedad de la situación» en el país africano, ante el aumento de los ataques por parte de grupos yihadistas.
«El futuro de este país está en sus manos. Mucha gente ignora la gravedad de la situación en la que nos encontramos», ha dicho, antes de destacar que la junta militar «combate y observa», según ha recogido el portal burkinés de noticias Burkina 24.
Así, ha apuntado a «intereses egoístas» que han provocado la crisis en Burkina Faso y ha defendido que «el país no es pobre». «Todos somos culpables de esta situación», ha señalado Traoré, quien ha pedido a la población una mayor unidad para evitar que «desaparezca la solidaridad».
El propio Traoré reconoció la semana pasada «disfuncionalidades» en la lucha contra el terrorismo tras una visita a una base militar en la localidad de Djibo (norte) atacada por yihadistas a finales de octubre suceso que se saldó con al menos diez soldados muertos y más de 50 heridos.
Traoré encabezó en septiembre una asonada que fue considerada un ‘golpe palaciego’ por parte de un sector de la junta militar enfrentado al hasta entonces líder de la junta, Paul-Henri Sandaogo Damiba –quien ha huido a Togo–, tuvo lugar ante el continuo deterioro de la situación de seguridad y los atentados por parte de grupos yihadistas.
Burkina Faso ha experimentado en términos generales un aumento significativo de la inseguridad desde el año 2015, con ataques obra tanto de la filial de Al Qaeda como la de Estado Islámico, lo que ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.