Los investigadores de la Universidad de Carfornia Riverside (Estados Unidos) están allanando el camino para que los pacientes con diabetes y cáncer olviden las agujas y las inyecciones y, en cambio, tomen pastillas para controlar sus afecciones.
Algunos medicamentos para estas enfermedades se disuelven en agua, por lo que su transporte a través de los intestinos, que reciben lo que bebemos y comemos, no es factible. Como resultado, estos medicamentos no pueden administrarse por vía oral. Sin embargo, los científicos de la UCR han creado una «etiqueta» química que se puede agregar a estos medicamentos, lo que les permite ingresar a la circulación sanguínea a través de los intestinos.
Los detalles de cómo encontraron la etiqueta y las demostraciones de su eficacia se describen en un nuevo artículo en el ‘Journal of the American Chemical Society’. La etiqueta está compuesta por un pequeño péptido, que es como un fragmento de proteína.
«Debido a que son moléculas relativamente pequeñas, puede unirlas químicamente a medicamentos u otras moléculas de interés y usarlas para administrar esos medicamentos por vía oral», señala Min Xue, profesor de química de la UCR que dirigió la investigación.
El laboratorio de Xue estaba probando algo no relacionado cuando los investigadores observaron que estos péptidos entraban en las células. «No esperábamos encontrar este péptido entrando en las células. Nos tomó por sorpresa. Siempre quisimos encontrar este tipo de etiqueta química, y finalmente sucedió por casualidad», afirma Xue.
Esta observación fue inesperada porque anteriormente, los investigadores creían que este tipo de etiqueta de entrega necesitaba llevar cargas positivas para ser aceptado en las celdas cargadas negativamente. Su trabajo con esta etiqueta de péptido neutral, llamada EPP6, muestra que la creencia no era precisa.
Al probar la capacidad del péptido para moverse a través del cuerpo, el grupo de Xue se asoció con el grupo de Kai Chen en la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California y alimentó a los ratones con el péptido. Usando una tomografía PET, una técnica similar a una radiografía de cuerpo entero que está disponible en la USC, el equipo observó que el péptido se acumulaba en los intestinos y documentó su transferencia final a los órganos de los animales a través de la sangre.
Habiendo demostrado que la etiqueta navegó con éxito por los sistemas circulatorios a través de la administración oral, el equipo ahora planea demostrar que la etiqueta puede hacer lo mismo cuando se adjunta a una selección de medicamentos. «Los resultados preliminares bastante convincentes nos hacen pensar que podemos impulsar esto más», ha señalado Xue.
Muchos medicamentos, incluida la insulina, deben inyectarse. Los investigadores tienen la esperanza de que su próximo conjunto de experimentos cambie eso, permitiéndoles agregar esta etiqueta a una amplia variedad de medicamentos y productos químicos, cambiando la forma en que esas moléculas se mueven por el cuerpo. «Este descubrimiento podría aliviar la carga de las personas que ya están agobiadas por la enfermedad», concluye Xue.