El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha afirmado hoy, ante la posible reforma del delito de malversación, que el Código Penal es un «equilibrio en sí mismo» desde las penas a la composición y ha señalado que forman parte de la «arquitectura del Estado».
Cuestionado por los periodistas por si se puede modificar este delito sin tocar el resto del Código Penal, ha recordado que «los códigos penales son, dentro de la arquitectura del Estado de Derecho, dentro de lo que entendemos como aquellos bienes jurídicos que tienen que ser preservados, un equilibrio en sí mismo en todos sus aspectos, desde las penas, la composición y la propia sistemática del código».
El fiscal general ha asegurado que «habrá que ver en qué términos, si se plantea, se plantea esa reforma» posible del delito de malversación, por lo que ha preferido «como jurista, en el momento y si es así, que el legislativo, que las Cortes Generales dicten o promulguen un nuevo Código Penal, pues será el momento de hacer un análisis jurídico de lo que pueda significar».
«Estamos jugando sobre el alambre, diciendo lo que puede ser y lo que no puede ser», ha manifestado García Ortiz, que ha presidido este martes la toma de posesión del nuevo fiscal jefe de Málaga, Juan Calvo Rubio.
Preguntado, igualmente, sobre la derogación del delito de sedición, el fiscal general se ha referido de la misma forma, indicando que «no hay ni siquiera la certeza de que vaya a haber una modificación legislativa, cuanto menos un texto sobre el que poder opinar».
«Somos juristas, fundamentalmente, no elucubramos, no formulamos hipótesis; con los textos jurídicos, con los hechos y con la acomodación de los hechos a los textos es cuando emitimos opiniones, generalmente por escrito y después de reflexionar», ha manifestado.
Así, ha considerado que el fiscal general del Estado «está para lo otro, para formular hipótesis hay otros momentos y posiblemente otras personas».
Respecto a la reducción de condenas por delitos de abusos sexuales, ha asegurado que «no hay dos casos iguales y menos dos casos de agresión sexual iguales». «Las circunstancias que rodean a cada hecho puede significar un aumento o disminución del castigo penalógico, pero no podemos aislarlo solo en una modificación legislativa», ha dicho.
«Cuando hay condena penal, si es preciso una revisión, el ministerio fiscal emitirá sus informes pero con arreglo al caso concreto», ha incidido García Ortiz, apuntando que «la aplicación del rango penalógico de la nueva reforma hay que aplicarlo a cada uno de los casos concretos».
Por esto, ha considerado que «generalizar nos cuesta mucho» y ha reiterado que «es un delito tan específico en el que las circunstancias del hecho y del autor influyen tanto en la determinación de las penas como en el comportamiento o vida penitenciaria que es difícil hacer una cuestión general».