Los expertos reunidos en el encuentro ‘Evidencias de un estilo de vida físicamente activo: retos para una adherencia efectiva’, organizado por OAT, han destacado que la personalización de los programas de ejercicio físico es «clave» para conseguir la adherencia al mismo.
«No es lo mismo hacer un plan para una embarazada, para un paciente con cáncer, para una persona de 80 años o para la persona que quiere perder 20 kilos», ha señalado Crys Dyaz, exdeportista de élite, fisioterapeuta y entrenadora. En este sentido, la experta ha criticado que «los 50 minutos semanales de actividad física o moderada o 75 de intensa recomendados por la Organización Mundial de la Salud han quedado obsoletos».
«Deberíamos ser mas exigentes con lo que debemos pautar a nuestro entorno y a nuestros pacientes en actividad física. La combinación de fuerza con intensidad y entrenamiento cardiovascular es ideal; además, le añadiríamos algo de deporte en equipo para la mejora de la socialización», ha sugerido.
Con todo, ha insistido en que «nada de esto es válido sin adherencia». Por ello, para una mejora de la misma, recomienda una evaluación inicial y monitorización, educación, una buena comunicación entre el profesional y el paciente y participación del paciente en sus propios objetivos, que han de ser a corto plazo.
Entre los beneficios del deporte, ha destacado que incrementa la energía y la vitalidad, reduce el nivel de azúcar en sangre, previene el Alzheimer y el deterioro cognitivo y promueve la neurogénesis por el aumento de factores metabólicos. También tiene efectos antiinflamatorios y mejora el estado redox del cerebro. «Parece ser que este mejora sobre todo con ejercicios de fuerza-resistencia», ha agregado la entrenadora deportiva.
REDUCE HASTA EN UN 40% EL RIESGO DE ALZHEIMER Al hilo, la psicóloga especializada en gestión del estrés, inteligencia emocional y mindfulness en Gabinete Bonamind Cristina López ha recordado que, a través de la actividad física, «es posible reducir hasta un 40 por ciento el riesgo de desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer».
«Cuando corremos o hacemos ejercicio físico moderado estimulamos el área prefrontal del cerebro, por lo que la memoria y el estado energético mejora», ha explicado. Tal y como recuerda, durante el ejercicio, el cuerpo segrega endorfinas, las hormonas que se generan cuando se realiza una actividad que causa placer.
En cambio, las consecuencias de no realizar actividad física se traducen en la aparición de obesidad y, por tanto, un mayor riesgo diabetes; colesterol; osteoporosis; enfermedades cardiovasculares; y aumento de sentimientos de depresión y ansiedad.
Para mejorar la adherencia, recomienda enfocarse en retos. «Una opción es hacer una lista de cosas que nos gusta hacer, o premiarnos cuando conseguimos lo que nos proponemos, ya que el cerebro funciona con dopamina y, si con un pequeño avance me premio, estoy motivado», ha explicado, para añadir que también es importante «ir poco a poco para mantener la adherencia».
PREVENCIÓN MEDIANTE EL EJERCICIO Por su parte, el doctor José Antonio Serra, jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Gregorio Marañón y miembro del CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable en el Instituto de Salud Carlos III, ha explicado que «el ejercicio no vale solo para tratar, sino que también vale para prevenir». «Al hacer ejercicio, reducimos la probabilidad de padecer diabetes e hipertensión. Además, la actividad física aumenta la efectividad de los tratamientos, por ejemplo de la hipertensión», ha expresado.
Así, insiste en que «el primer pilar del tratamiento de cualquier enfermedad son los hábitos de vida, siendo esencial el ejercicio físico». «Es un tratamiento accesible para todo el mundo y eficaz. No hay una sola medicina que consiga tantos beneficios como el ejercicio físico», añade el doctor.
Además, Serra ha declarado que realizar un plan personalizado para cada paciente y poder contárselo con tiempo es «clave». También ha recordado la evidencia de los beneficios del estilo de vida activo en personas muy mayores para prevenir la fragilidad y la posterior discapacidad.
Por último, Dyaz ha reclamado la creación de programas en los hospitales públicos «donde la gente pueda moverse durante la hospitalización». «Debería ser obligatorio establecer 10 minutos de actividad física y mantener esta medida en hospitalizaciones largas», ha finalizado.