Cientos de habitantes de la ciudad china de Cantón, en el sureste del país, han salido a las calles para protestar por las férreas restricciones aplicadas para contener la pandemia de COVID-19, con escenas sorprendentemente violentas en las que, por ejemplo, los ciudadanos han volcado un vehículo de las fuerzas de seguridad.
Las redes sociales han servido como altavoz para unas protestas en las que se han tumbado barricadas policiales en el distrito de Haizhu, en el que rige un confinamiento desde octubre para contener la expansión de un brote de coronavirus. La zona alberga principalmente a personas con pocos recursos que necesitan volver a su trabajo, informa la BBC.
El Ministerio de Sanidad chino notificó el lunes más de 17.000 nuevos positivos por coronavirus, el peor dato desde abril, según la agencia Bloomberg. De ellos, más de 5.100 corresponden a Cantón, que tiene varios distritos completamente cerrados a la espera de una reducción de la curva de contagios que no termina de llegar.
Los mensajes sobre los «disturbios» en esta megaurbe han circulado por redes sociales como Weibo y WeChat y vuelven a poner de manifiesto un malestar ciudadano que ya se había hecho palpable en otros contextos similares, tanto en núcleos urbanos como en tiendas o factorías confinadas por sorpresa.
El Gobierno, sin embargo, defiende periódicamente su política de ‘casos cero’ a todos los niveles, incluso en el reciente congreso que permitió reelegir al actual presidente, Xi Jinping, para un tercer mandato al frente del gigante asiático. Sostiene que se pueden compaginar la protección sanitaria y la estabilidad económica.