Las reservas de crudo de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se encuentran en su nivel más bajo desde 2004, según ha advertido la Agencia Internacional de la Energía (AIE) de cara al próximo invierno.
Según la agencia, los inventarios de crudo de la OCDE han caído por debajo del umbral de los 4.000 millones de barriles por primera vez desde 2004, después de una reducción de 8 millones de barriles de las reservas industriales y de 37,4 millones de los ‘stocks’ gubernamentales.
De este modo, la AIE afirma en su último boletín mensual que los mercados permanecen «finamente equilibrados» de cara a los meses de invierno y advierte de que los embargos de la UE sobre las importaciones de crudo y productos derivados de Rusia y la prohibición de los servicios marítimos añadirán más presión, especialmente en el diésel, un mercado «ya excepcionalmente ajustado».
En concreto, destaca que los precios del diésel y su diferencial con respecto al precio del crudo (crack) alcanzaron niveles récord en octubre y ahora son un 70% y un 425% más altos, respectivamente, que los niveles del año anterior, mientras que los precios de referencia del Brent aumentaron solo un 11% durante el mismo período.
Asimismo, los inventarios de destilados están en mínimos de varias décadas tras las huelgas en las refinerías francesas en octubre y el alza de los precios impulsado por la perspectiva de próximos embargos. Asimismo, las primas del diesel en los Estados Unidos también se han disparado antes de la temporada de calefacción del próximo invierno.
En este sentido, recuerda que los mercados de diésel ya estaban en déficit antes de la invasión rusa de Ucrania debido a la pérdida de capacidad de destilación desde el comienzo de la pandemia de Covid-19, y el fuerte aumento de la demanda de gasóleo y diésel tras el levantamiento de restricciones por el virus como consecuencia de la reactivación económica.
«Los altos precios del diésel están alimentando la inflación», advierte la AIE, que anticipa una contracción de 240.000 barriles diarios de la demanda global de petróleo en el cuarto trimestre, lo que resultará para el conjunto de 2022 en un crecimiento anual de 2,1 millones de barriles al día (mb/d), que se moderará en 2023 a 1,6 mb/d.
Por otro lado, añade que la propuesta de fijar un tope para el precio del petróleo puede ayudar a aliviar las tensiones, aunque «persisten una gran cantidad de incertidumbres y desafíos logísticos».
A pesar del crecimiento esperado, en el caso del mercado global del diésel/gasoil se anticipa un freno del incremento a 400.000 barriles al día en 2022 desde los 1,5 mb/d de 2021 antes de registrar una pequeña disminución en 2023 bajo el peso de los precios persistentemente altos y una economía en desaceleración.
Asimismo, apunta que la competencia por el diésel no procedente de Rusia «será feroz», y los países de la UE tendrán que ofertar por cargamentos de EE.UU., Oriente Próximo e India lejos de sus mercados tradicionales.
De este modo, si bien el aumento esperado de la capacidad de refino eventualmente ayudará a aliviar las tensiones del diésel, si los precios suben demasiado «puede ser inevitable una mayor destrucción de la demanda para que se eliminen los desequilibrios del mercado».