
El verano ha quedado atrás y el frío del otoño se instala de nuevo en nuestras vidas para invitarnos a disfrutar del recogimiento de esta época, de las tardes de sofá, peli y manta y, en definitiva, del calor del hogar. Para muchos, sin embargo, esta época significa renunciar a las ventajas de un bonito jardín o de una terraza. Pero, ¿Y si la llegada de las bajas temperaturas no fuera impedimento para seguir con las actividades en exteriores desde un espacio de relajación y convivencia sin muros? Para averiguarlo, Chance ha asistido a Veteco, el evento europeo de referencia para el sector de la ventana, fachada y protección solar, donde Glass by Gaviota, empresa comprometida con el medio ambiente que utiliza energía verde certificada y material reciclado, figuraba como uno de los principales expositores dedicado a los cerramientos acristalados y pérgolas bioclimáticas.
Allí descubrimos una propuesta llamativa, funcional, sostenible y elegante que permite prolongar esos momentos de terraza o jardín durante todo el año con una serie de ventajas adicionales. Se trata de una pérgola bioclimática, una de las tendencias actuales en el diseño de exteriores que, además de ampliar metros cuadrados a la vivienda, aporta un plus elegante a la fachada.
Para conocer sus principales ventajas, preguntamos a Pedro Amat, director del Área Comercial y Marketing en Glass by Gaviota, que nos habló de ‘Climatika’, un cerramiento acristalado de líneas sencillas y neutras, sin elementos toscos de por medio, que permite disfrutar de toda la visión sin interrupciones.
En concreto, esta pérgola bioclimática ofrece la posibilidad al usuario de controlar su temperatura, ya que las lamas giratorias y retirables del techo protegen de los elementos atmosféricos en los meses más fríos y suponen una protección total de los ratos del sol durante el verano.
También ofrece un sinfín de posibilidades de personalización, como la instalación de luces o pantallas de bloqueo del sol, que, junto al toque hogareño y cálido que pueda aportar un mobiliario de madera y una buena alfombra de lana, convierte la estancia en el lugar ideal para pasar las tardes de otoño en el jardín de casa leyendo o tomando una taza de café.
Otro punto a favor de este tipo de cerramientos para quienes el ahorro energético sea un aspecto determinante es que, al igual que sucede con los toldos o persianas, actúa como barrera evitando el excesivo calentamiento en la fachada y el interior de la vivienda, repercutiendo no solo en el bolsillo, sino también en una revalorización de la vivienda.
Incluso si la intención no es vender una casa en un futuro próximo, instalar una pérgola bioclimática, sin duda, aumenta el valor de la propiedad y mejora el aspecto estético de la misma al tiempo que construye un espacio único extra que encierra a la perfección la esencia in&out (interior y exterior) que tan en boga está en los últimos años.
En la misma línea de transparencia, sostenibilidad y ahorro energético, descubrimos otro tipo de soluciones que pueden aportar ese toque diáfano y transparente que hace partícipe y protagonista tanto a las vistas como a la naturaleza que nos rodea.
Hablamos de las cortinas de cristal abatibles, los cerramientos correderos o deslizantes y las ventanas de PVC. Un dato interesante con respecto a estas últimas es que, tal y como nos ha explicado Pedro Amat, las ventanas hechas de PVC son mucho más eficientes que el aluminio en las mismas calidades, permitiendo un mayor aislamiento de la vivienda sin desembolsar demasiado en el presupuesto y sin renunciar a una estética elegante.
En cualquier caso, si la idea es lograr un espacio cerrado sin sacrificar las vistas panorámicas, sustituir muros por cristales es la clave. En Glass by Gaviota cuentan también con ‘Zoe’, un sistema de cerramiento acristalado deslizante sin marco de cristal que, además, aísla del ruido y de las temperaturas externas y aporta un plus elegante y deslumbrante a cualquier casa.