El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha pedido a las entidades que utilicen el incremento de los beneficios que están registrando este año para aumentar su resistencia ante una posible materialización de riesgos macroeconómicos que afecten al crecimiento económico.
«En un contexto de tanta incertidumbre como el actual, en el que han aumentado claramente la probabilidad de escenarios más negativos se hace absolutamente necesario que las entidades utilicen los beneficios que se están produciendo en el corto plazo para aumentar, no solo para mantener, su capacidad de resistencia», ha señalado el gobernador del Banco de España durante la clausura del XXIX Encuentro del Sector Financiero organizado por ABC y Deloitte.
Así, De Cos ha insistido en uno de los mensajes que se recoge en el Informe de Estabilidad Financiera de otoño publicado por el supervisor hace apenas dos semanas, donde ya se pedía que en el medio plazo, las entidades fuesen «prudentes» en su política de provisiones y de asignación de capital.
El gobernador del Banco de España ha apuntado al ‘test’ de estrés que ha realizado a la banca en este último informe y que analizaba dos escenarios: uno base, donde se mantiene el crecimiento para el periodo 2022-2024 y continúa la subida de interés, y otro adverso, en el que se registraría una tasa negativa.
Para el base, De Cos señala que las entidades serían capaces de aumentar en 30 puntos básicos su ratio de solvencia CET1, considerando las últimas previsiones macroeconómicas anunciadas en octubre por el propio Banco de España. Este aumento, sin embargo, caería a 20 puntos básicos si se incluye el impacto del impuesto temporal a la banca que está previsto que se apruebe en el Congreso de los Diputados este jueves.
En el caso del escenario adverso, las dotaciones a provisiones por deterioro aumentarían de una manera «muy significativa», lo que reduciría de la ratio de CET1 del sector en 2,4 puntos porcentuales, 2,6 puntos si se incorpora el impacto del impuesto. «Se trata de un consumo de capital significativo, pero creemos que la solvencia del sector se mantendría en niveles adecuados, aunque con elevada heterogeneidad por entidades», ha ahondado De Cos.
Sin embargo, ha manifestado que la situación del sector bancario ha mejorado en comparación con la crisis de 2008, gracias, por un lado, al papel «crucial» de la regulación bancaria, y a la labor de la política fiscal. También ha señalado que la traslación de la normalización de la política monetaria al mercado está siendo «más reducida» que en periodos de endurecimiento anteriores.
Al respecto, ha destacado que la calidad de los balances bancarios ha mejorado en los últimos años. A cierre de junio, la ratio de préstamos dudosos se situó en el 3,8%, su nivel más bajo desde diciembre de 2008, si bien el porcentaje de créditos en vigilancia especial se situó en el 7,8%, un porcentaje que sigue siendo elevado en comparación con el nivel anterior a la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, ha afirmado que la situación económica es «muy compleja» y ha señalado que los analistas han revisado a la baja las perspectivas de crecimiento en sus últimos análisis.