El Foro Judicial Independiente (FJI) ha denunciado este lunes que con los dos nombramientos del Gobierno para el Tribunal Constitucional (TC) se evidencia que las puertas giratorias entre la justicia y la política «son la herramienta legal que se utiliza para politizar las instituciones de control».
El comunicado de la Comisión Gestora de FJI, recogido por Europa Press, llega después de conocerse que el exministro de Justicia Juan Carlos Campo y la ex alto cargo del Ministerio de Presidencia Laura Díez son los dos nombres designados desde Moncloa para el TC.
Esta asociación recuerda que «no es la primera vez que ocurre» y apunta que «con demasiada frecuencia la carrera política de los jueces arranca cuando los partidos de uno u otro signo los eligen para ser vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)».
«Esa confianza, estrictamente política, les impulsa a otros cargos, como ha ocurrido con la última designación de magistrados del TC por el Parlamento, en la que fueron nombrados tres magistrados que previamente habían sido vocales del CGPJ», señalan en referencia a Inmaculada Montalbán, Concepción Espejel y Juan Ramón Sáez Valcárcel.
LA PERSONA «MENOS IDÓNEA»
Ahora, apuntan, es el turno de Campo, del que recuerdan que ha sido también vocal del CGPJ y exministro hasta julio de 2021. Aluden a que como ya pasó cuando se nombró fiscal general del Estado a Dolores Delgado, «el Gobierno elige de entre todos los candidatos posibles a la persona menos idónea desde el punto de vista del respeto necesario a la separación de poderes y a la debida imparcialidad».
Afean que gobiernos y partidos de «toda ideología» no cumplan las reglas constitucionales ni la mínima ética pública en el ejercicio del poder» con este tipo de designaciones, algo que «afecta gravemente a la credibilidad del sistema judicial español».
Al hilo, ponen el foco en que mientras los gobiernos se interesan por diseñar «precisas herramientas legales para colocar a jueces afines en puestos claves sin que sufra su carrera judicial», la justicia «real» sufre, a su juicio, «un dramático abandono y deterioro».
