El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha confirmado los autos con los que cerró el sumario y abrió juicio contra la consellera de Cultura, Natàlia Garriga; el presidente de ERC en el Parlament y exsecretario general de Vicepresidencia y Economía de la Generalitat, Josep Maria Jové, y el también diputado y exsecretario de Hacienda, Lluís Salvadó, por presunta desobediencia en los preparativos del 1-O.
En un auto de este lunes consultado por Europa Press, el tribunal desestima los recursos que Jové y Garriga presentaron contra la decisión de dejar el caso a un paso de juicio, y la ratifica.
En concreto, Jové había pedido practicar más pruebas antes de dar la investigación por terminada: es una petición que su defensa ya había hecho y los magistrados vuelven a descartarlo porque ni cambia las pruebas que reclama «ni refuerza las razones ya hechas valer».
Por su parte, la defensa de Garriga pidió revisar si hay bastantes indicios para procesarla y reclama archivar el caso, pero el tribunal lo descarta y sí considera que hay bastantes indicios.
CAUSA Garriga está procesada por un presunto delito de desobediencia grave, mientras que a Jové y Salvadó también se les atribuyen los presuntos delitos de prevaricación y malversación por supuestamente participar en los preparativos del 1-O, cuando Garriga era directora de Servicios de Vicepresidencia y Economía y Hacienda.
La investigación a Jové y Salvadó se hizo separada de la de Garriga –ella fue investigada en un juzgado ordinario en una causa contra 29 excargos del Govern– pero cuando ella asumió el cargo de consellera y pasó a ser aforada al TSJC las causas se acumularon, y este proceso ha retrasado el procedimiento contra los primeros, para quienes en mayo de 2021 ya se dictó el acto de conclusión del sumario.
Garriga está investigada por supuestamente intervenir en el acondicionamiento de una nave anexa a las instalaciones del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI) para utilizarlo como un espacio para el 1-O.
Cuando declaró como investigada, la consellera alegó que la nave se utilizó en otras ocasiones, como en las elecciones de diciembre de 2017 del Parlament y para los rastreadores de Covid-19 durante la pandemia, y recordó que en ningún momento fue requerida por el Tribunal Constitucional (TC).
JOVÉ Y SALVADÓ Jové fue uno de los miembros de la delegación catalana en la mesa de diálogo entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el Govern, y la instrucción recoge que presuntamente obtuvo datos personales de los catalanes de forma irregular a través de un convenio con el Idescat firmado el 28 de febrero de 2017, supuestamente con el objetivo de elaborar un censo para el 1-O.
El convenio tenía la duración de un año y no se publicó en el Diari Oficial de la Generalitat (Dogc) ni en la página oficial del Idescat en el que aparecen los convenios vigentes y no vigentes firmados por el organismo, «por lo que los particulares interesados no podían conocer que sus datos personales habían sido cedidos ni oponerse a tal cesión, ni tampoco ser impugnado».
Con estos datos presuntamente también se confeccionaron las cartas dirigidas a las personas nombradas como miembros de las mesas electorales del 1-O, que fueron intervenidas parcialmente por la policía en el registro de Unipost.
La investigación también considera que Jové supuestamente desoyó los mandatos del Tribunal Constitucional (TC) contra la organización de la consulta, e intervino «activamente en la búsqueda de los locales donde debía llevarse a cabo el referéndum», era conocedor de la fecha de publicación del decreto de convocatoria, y tenía en su ordenador archivos como ‘modelo de papeleta’, ‘actas de constitución de mesa’ y ‘lista numerada de votantes’ que coincidían con los nombres del material electoral hallado en la nave de Bigues i Riells (Barcelona).
Entre los indicios contra Jové y Salvadó, la instructora detalla que hicieron presentaciones ante otros Estados y organismos para obtener financiación, y también que se dotó a la Agencia Tributaria del sistema e-Spriu, capaz de recaudar y gestionar y ejecutar impuestos para los que «no se tenían competencias» como IRPF, IVA, el impuesto de Sociedades y otros especiales.
La instructora también cree que Salvadó ideó un programa de homogeneización de los procesos y mecanismos internos de tramitación de los tributos y cotizaciones sociales que ingresaba el sector público de la Generalitat al Estado, para «controlar y contar con la máxima información posible sobre sujetos tributarios y sobre las cuotas satisfechas de los impuestos estatales no cedidos».