La presidenta y el vicesecretario general de Ciudadanos, Inés Arrimadas y Edmundo Bal, se mantienen en posiciones alejadas para intentar una lista de unidad en el partido y el último contacto entre ambos se ha saldado con un fracaso, con la líder de la formación acusando a su ‘número dos’ de querer arrinconarla.
Arrimadas y Bal mantuvieron este domingo una conversación telefónica a iniciativa de la presidenta ‘naranja’, pero el diálogo no dio frutos y acabó en un «desencuentro» porque, según fuentes del entorno de la presidenta, Bal no comulga con esa idea de una lista de unidad para la Asamblea Extraordinaria de mediados de enero.
Las mismas fuentes explican que el vicesecretario general pone como condición que Arrimadas renuncie a la portavocía del grupo parlamentario en el Congreso, actualmente dividido, y ser él quién ostente este cargo. El entorno de la presidenta entiende que pretende así desarrollar su idea de pactar con el Gobierno del PSOE y Podemos su acción legislativa.
La presidenta ‘naranja’ cree que esta pretensión es «absolutamente inadmisible» y «una muestra más» de que Bal, que ha criticado la inclinación de Ciudadanos hacia la derecha, no busca la unidad, sino seguir adelante con su propia candidatura.
A su juicio, el vicesecretario general quiere controlar el partido para hacerse colaborador del Ejecutivo de Pedro Sánchez, según el entorno de Arrimadas, que también garantiza que ella continuará trabajando para armar una lista transversal, renovadora, plural y de la máxima unidad posible.
LA LUCHA POR EL LIDERAZGO DE CIUDADANOS Arrimadas y Bal han hecho patente la pugna a cuenta del liderazgo de Ciudadanos después de que el portavoz adjunto en el Congreso diera un paso adelante y se postulara como candidato para las primarias de las que saldrá el líder del partido, que tendrán lugar el 9 y el 10 de enero.
Días más tarde, el 13, 14 y 15 de enero se celebrará la Asamblea Extraordinaria que significará la culminación del proceso de refundación puesto en marcha para reflotar la fundación tras la sucesión de debacles electorales. En la cita, los afiliados deberán refrendar los cambios enmarcados en la refundación, incluido el cambio de modelo de dirección –una bicefalia en la que la parte orgánica y la política están separadas–.
Entre ambos ha habido discrepancias, recrudecidas tras el goteo de rebajas de penas a delincuentes sexuales propiciadas por la Ley del ‘Sólo sí es sí’ y por la que Ciudadanos votó a favor. El paso adelante de Bal obligó a Arrimadas a mover ficha y hace una semana desveló que su idea es conformar una candidatura de unidad que aúne diferentes perfiles, con caras nuevas como protagonistas.
Eso sí, la actual presidenta advirtió de que, si el vicesecretario general no está dispuesto a armonizar y negociar esta lista de unidad, ella presentará su candidatura para liderar Ciudadanos. La idea de Arrimadas es no ocupar cargos orgánicos ni políticos si se pacta la lista unitaria y, en cambio, «cerrarla».
El entorno de Bal, por su parte, niega que Arrimadas haya planteado la lista de unidad, pero el vicesecretario está abierto a una tercera vía encabezada por personas que vuelvan a «ilusionar» a los militantes.