David Afkham dirigirá desde el próximo martes 24 de enero en el Teatro Real la ópera ‘Arabella’, de Richard Strauss, una partitura que el propio músico reconoce «difícil» por la complejidad de la obra, pero que asume de modo «satisfactorio» porque le «encanta el reto».
«¿A quién le gustan las cosas fáciles en la vida? No es en lo fácil donde está la verdad, a mí lo que me gusta es abrir puertas nuevas y profundizar en la música, eso es lo más satisfactorio: no es en lo fácil donde está la verdad», ha apuntado el recientemente renovado director musical titular de la Orquesta y Coro Nacionales de España.
Esta será la segunda ocasión en que Afkham dirija una ópera en el Real al frente de su Coro y Orquesta titulares –ya dirigió en 2007 ‘Bomarzo’ y, en 2020, cuando estaba prevista la dirección de ‘La pasajera’, la obra se canceló por la pandemia–. Junto a él, estará el director de escena Christof Loy, quien participó en 2006 en la génesis de esta obra para la Ópera de Gotemburgo.
«‘Arabella’ es una historia de familias disfuncionales que ya atraía a Strauss, pero a la vez es un relato sobre una sociedad en declive en medio de una crisis económica», ha explicado Loy, quien ha avanzado que en este montaje se superpondrán dos planos en el enredo amoroso de los protagonistas.
«Hay un plano cinematográfico más realista y luego otro psicológico, como si dijéramos que por un lado está la vida en sociedad y por el otro la parte de nosotros mismos que siempre queremos ocultar», ha apuntado el escenógrafo tras apuntar que ‘Arabella’ «no tiene nada de nostálgico».
«Aunque haya un final feliz, todo el rato se está mostrando una sociedad en declive, que apunta con el dedo al resto en un intento por conservar el estatus y que trata de mantener la fachada en medio de la gran crisis», ha resaltado. En esta misma línea, el director artístico del Real, Joan Matabosch, habla de «una tensión permanente entre el código comedia y lo que sucede en escena».
«‘Arabella’ es una comedia pero lo que se explica es cualquier cosa menos eso», ha destacado. El director artístico defiende la dificultad de la puesta en escena de una de las óperas menos populares de Strauss –el elenco lleva con ensayos desde el pasado 4 de diciembre–.
ÓPERA ‘FAST FOOD’ «Todo el mundo se ha preparado como si fuese una nueva producción desde cero, es la manera de hacer una obra como esta. Uno de los problemas para llevar esta ‘Arabella’ a escena es que muchos teatros no tienen la suficiente maquinaria de producción para que se entienda la obra: si haces una ‘ópera fast food’, lo mejor es no hacer esto», ha alertado.
«El lenguaje de esta ópera es como un bloque granítico, pero cuando empezamos con ella fue como entrar en un río, todo funciona y está claro. Hay millones de pequeños elementos que dan sentido a la obra, aunque es verdad que es difícil cuando la escuchas por primera vez», ha añadido Afkham.
El director de orquesta ha resaltado respecto a la partitura cómo «solo hay un momento en que la orquesta puede mostrar su poder», en un preludio de un acto. «Muchos expertos dijeron que después de ‘Salomé’ y ‘Elektra’, el lenguaje de Strauss no progresaba, y yo creo que es al contrario», ha defendido.
Entre el reparto, Sara Jakubiak dará vida a Arabella, mientras que uno de los habituales de Loy, Josef Wagner, encarnará a Mandryka. «Arabella es una joven que entiende que su vida no va a ser ideal, pero hay un detalle del final que dice mucho de este montaje: cuando está con su prometido, sale sin las joyas habituales, una manera de decir ‘yo soy así'», ha concluido la soprano.
Fuente: (EUROPA PRESS)