La Unión Europea espera cerrar este lunes un acuerdo a nivel de ministros de Exteriores y de Defensa para mandar las municiones de sus propios arsenales a Ucrania y avanzar en el plan de compras conjuntas para reponer los stocks y garantizar el suministro sostenible de munición de 155 milímetros que necesita Kiev para librar la batalla contra el Ejército ruso en el este de Ucrania.
En la reunión de Exteriores y Defensa de este lunes, se espera que los ministros europeos den el visto bueno al paquete de apoyo extraordinario de 1.000 millones propuesto por el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, para financiar, con una cuota de hasta el 60% a través del Mecanismo de Paz Europeo, el envío de munición de artillería de los arsenales de los ejércitos europeos.
Con el objetivo de suministrar obuses con la máxima celeridad, Borrell pide tirar de los arsenales propios y financiar su reposición. De esta forma se busca incentivar la movilización de unos stocks que, en todo caso están bajo mínimos por el apoyo brindado a Kiev desde el inicio de la invasión rusa hace ahora más de un año.
Para garantizar el consenso de los Veintisiete, el plan de la diplomacia europea se está adaptando de tal forma que la UE financiará todo tipo de munición, tanto de fabricación soviética como occidental.
PLAN DE COMPRAS CONJUNTAS En el apartado de las compras conjuntas de munición del calibre 155, los Estados miembros apoyan en principio la iniciativa para financiar con otros 1.000 millones el plan de adquisiciones mancomunadas.
No obstante, hasta última hora se discuten detalles tales como si se otorga un papel central a la Agencia Europea de la Defensa (EDA, por sus siglas en inglés), como quiere Borrell para contar con proyecto verdaderamente paneuropeo, o son coaliciones de países los que renegocian los contratos con la industria armamentística y redirigen pedidos en marcha para cubrir las necesidades de más países y también para suministrar material a las fuerzas ucranianas.
La EDA defiende que tiene sus equipos de trabajo específicos para realizar compras conjuntas, si bien nunca se han puesto en marcha para una tarea de la envergadura que supone reponer los stocks de los ejércitos europeos. El calendario más ambicioso sería cerrar a finales de mayo contratos con 15 empresas europeas que producen munición de 155 milímetros, entre ellas las españolas EXPAL y FMG, aunque los pedidos tardarían aproximadamente un año, pese a que se opte por un procedimiento acelerado.
Como vía más ágil y menos burocrática para acelerar el suministro de munición a Ucrania, países como Alemania defienden que sean los propios países europeos los que lideren las compras conjuntas adaptando los contratos ya cerrados con la industria para proveer a varios Estados miembros. Esta opción es apoyada por cerca de la mitad de socios de la UE.
’’La EDA no tiene experiencia en estas negociaciones y tendría que empezar de cero’’, expone una fuente diplomática sobre las dos opciones abiertas en el plan de Borrell, que, en todo caso, no son excluyentes.
Otro de los temas por definir es sí las compras conjuntas deben limitarse a material fabricado en Europa, algo que quedaría restringido si finalmente se utiliza a la EDA pues empresas de terceros países no pueden participar en las licitaciones coordinadas por la agencia. Fuentes diplomáticas esperan una mención lo suficientemente abierta para que, priorizando el material europeo, se permita la compra de material de fuera de la UE en el corto plazo si lo requiere la situación.
Más problemática se plantea la tercera pata del plan, la relativa al aumento de la producción industrial europea. Esto requiere pedidos e importantes inversiones a largo plazo, por lo que desde los Veintisiete se espera un plan más concreto de la Comisión Europea para dar pasos en esta dirección.
En la misma línea se plantea la necesidad de reponer el Mecanismo de Paz Europeo, con el que la UE ha financiado hasta ahora el envío europeo de armas durante la guerra. Este fondo extrapresupuestario financiado por los Estados miembros está al límite, después de haber movilizado 3.600 millones para el suministro de armas a Ucrania.
Fuente: (EUROPA PRESS)