El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha determinado formalmente este lunes que las fuerzas armadas de todas las partes del conflicto etíope han cometido crímenes de guerra.
’’He determinado que miembros de las Fuerzas de Defensa Nacional de Etiopía, las Fuerzas de Defensa de Eritrea, las fuerzas de (la región de) Amhara y las fuerzas del Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF) cometieron crímenes atroces’’, ha declarado tras la publicación del Informe de Derechos Humanos 2022 del Departamento de Estado.
Blinken viajó a mediados de este mes a Etiopía en su primera visita desde la declaración de la tregua del devastador conflicto en la región de Tigray, donde se reunió con el primer ministro, Abiy Ahmed, y el portavoz del TPLF, Getachew Reda, que ha sido recientemente elegido presidente de la región.
’’Como hablé con ambas partes durante mi visita, para construir una paz duradera, debe haber un reconocimiento de las atrocidades cometidas por todas las partes, así como una rendición de cuentas junto con la reconciliación’’, ha explicado Blinken.
Así, el secretario de Estado, que ha ’’condenado las atrocidades’’, ha acogido ’’con satisfacción los compromisos de perseguir la justicia transicional’’.
’’El conflicto en el norte de Etiopía fue devastador’’, ha denunciado, al tiempo que ha enumerado una serie de crímenes como los asesinatos de civiles, violencias sexuales, desplazamientos forzosos y ataques étnicos.
En este sentido, ha agregado que ’’muchas de estas acciones no fueron aleatorias ni un mero subproducto de la guerra. Fueron calculadas y deliberadas’’.
’’Estos pasos –reconocimiento, rendición de cuentas, reconciliación– son clave para romper el ciclo de violencia étnica y política que se ha apoderado de Etiopía y le ha impedido alcanzar su potencial ilimitado durante tanto tiempo’’, ha manifestado Blinken.
Por ello, ha instado al Gobierno de Etiopía y al de Eritrea, así como al TPLF, a que hagan rendir cuentas a los responsables. Asimismo, ha ofrecido a Adís Abeba la colaboración estadounidense ’’mientras afronta honestamente los abusos de su pasado, rinde cuentas por los daños cometidos contra sus ciudadanos y avanza hacia un futuro de paz duradera’’.
El conflicto en Tigray estalló en noviembre de 2020 tras un ataque del TPLF contra la principal base del Ejército, situada en Mekelle, tras lo que el Gobierno del primer ministro, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva contra el grupo.
El estallido de los combates llegó tras meses de tensiones a nivel político y administrativo, incluida la negativa del TPLF a la hora de reconocer un aplazamiento electoral y su decisión de celebrar comicios regionales al margen de Adís Abeba.
El TPLF acusó a Abiy de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo en acceder al cargo. Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia.
Fuente: (EUROPA PRESS)