América Latina y el Caribe debe acelerar la transición hacia una economía circular mediante la actualización de sus leyes y una mayor colaboración con el sector privado para aumentar el financiamiento de ese tipo de proyectos.
Esta es una de las principales conclusiones del informe ’Desbloqueando el financiamiento de la economía circular en América Latina y el Caribe: catalizador para un cambio positivo’, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), BID Invest y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés).
El análisis muestra que los países están en el camino correcto hacia la circularidad y que una acción combinada con diferentes actores será clave para el cumplimiento de las metas climáticas.
’’La necesidad de pasar a modelos de producción y consumo sostenibles que reutilicen productos y preserven los recursos naturales no renovables en el mundo es hoy más urgente que nunca. La adopción de un enfoque económico circular permite a las instituciones financieras evaluar los modelos de producción y consumo e identificar nuevas soluciones para minimizar el desperdicio y la contaminación’’, recoge el informe.
Sin embargo, existe una gran brecha de inversión respecto de lo que se requiere para apoyar la transición urgente hacia modelos circulares de producción y consumo, por lo que tanto el sector financiero como los organismos gubernamentales desempeñan un papel crucial en la aceleración de esta transición, aportando innovadores instrumentos y políticas financieras.
TAXONOMÍA VERDE Y LEGISLACIÓN El estudio recomienda que los países actualicen y adapten sus leyes ambientales para complementar la legislación relacionada con las economías circulares y crear taxonomías, definiciones y mediciones para ayudar a empresas e inversores a definir qué actividades están alineadas con los principios de la economía circular.
Además, los países también deberían trabajar ’’estrechamente’’ con el sector privado para crear un ecosistema financiero de economía circular en el que las instituciones financieras públicas y privadas cooperen en la provisión de instrumentos y mecanismos financieros para apoyar negocios y proyectos circulares en distintos niveles de madurez.
En este sentido, la gerente del sector de instituciones para el desarrollo del BID, Susana Cordeiro, ha apuntado que este informe ayuda tanto a los gobiernos como a las instituciones financieras a identificar oportunidades para asegurarse de que las inversiones contribuyan a generar economías más sostenibles y equitativas en la región.
Finalmente, el informe recomienda que gobiernos e instituciones financieras ayuden a las pymes a convertirse en impulsoras clave de la economía circular, ayudándolas a desarrollar capacidades, integrándolas en las cadenas de valor y ofreciéndoles financiación para apoyar sus esfuerzos por adaptar o modernizar sus operaciones.
Fuente: (EUROPA PRESS)