El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha publicado un artículo en la revista ’Frontiers in Public Health’ en el que revela que la principal razón esgrimida por las personas que decidieron no vacunarse en 2021 era la creencia de que las vacunas se habían desarrollado excesivamente rápido, que eran experimentales o que no eran seguras. En este sentido, sugiere la necesidad de contar con estrategias de comunicación enfocadas en proporcionar información científica accesible y actualizada. Al tiempo que añade que es importante impulsar campañas informativas que brinden información confiable y combatan las ’fake news’ y los mitos.
El artículo está liderado por la profesora de la Universidad de Murcia, María Falcón, en colaboración con investigadores de tres centros del ISCIII. En este estudio se analizan los datos de una encuesta sobre motivos de no vacunación, con datos recogidos en el último trimestre de 2021.
En el estudio se observaron dos grupos diferenciados de personas, por una parte las que alegaban razones relacionadas con salud o dificultades de acceso, y por otra las que reportaban razones como la desconfianza, una percepción baja de riesgo y determinadas creencias alejadas de las evidencias científicas.
El primer grupo presenta una mayor confianza en los profesionales sanitarios y reporta una mayor intención de vacunarse en el futuro, mientras el segundo muestra un menor comportamiento preventivo y una percepción del riesgo más reducida, con menor intención de vacunarse.
Por otra parte, en la misma revista se ha publicado otro artículo del ISCIII, fruto de la colaboración con una investigadora de la Universidad Mohammed V de Rabat, en Marruecos,Imane Jroundi, que realizó una estancia en el Centro Nacional de Epidemiología del ISCIII.
En este estudio se analizan datos de dos de los principales estudios sobre Covid-19 liderados desde el Instituto durante la pandemia, el COSMO-Spain y el ENE-COVID, con el objetivo de identificar posibles diferencias en los comportamientos preventivos frente a la Covid-19 llevadas a cabo por las personas adultas que convivían con niños, comparadas con los comportamientos producidos en los hogares sin niños.
Según los resultados, a finales de 2020, los adultos que vivían con niños mostraron una mayor preocupación por la conciliación familiar y laboral y, por lo general, adoptaron con más de frecuencia medidas de distanciamiento social. La investigadora indica que este estudio contribuye a profundizar en el conocimiento de los factores que determinan la adherencia a los comportamientos preventivos y sugiere la necesidad de adaptar las estrategias de comunicación a las necesidades de los diferentes grupos de población.
Fuente: (EUROPA PRESS)