El cineasta y productor Bernardo Moll ha fallecido este miércoles en Madrid a los 47 años, según ha confirmado la productora teatral, Barco Pirata, con quien ha dejado a medias un documental, centrado en la obra ’Una noche sin luna’, en la que Juan Diego Botto se pone en la piel de Federico García Lorca.
El actor argentino ha usado las redes sociales para despedir a un ’’amigo, gran documentalista y una persona bella’’. ’’Un abrazo grande para su mujer y su hijo Jan’’, ha publicado Botto en Twitter, que ha recomendado visionar el que ha sido su proyecto más conocido, ’La historia de Jan’, el documental que rodó durante seis años sobre su hijo, nacido el 4 de noviembre de 2009 con síndrome de Down.
’’Si no habéis visto el documental, haceos un favor y vedla. Es una película preciosa hecha por alguien que fue un precioso ser humano. Que la tierra te sea leve amigo’’, ha añadido.
La productora Barco Pirata ha destacado que era un ’’creador incansable’’ y ensalza que durante la pandemia creó una página web para unir los experiencias de las personas. ’’Por ahí pondrá que era director y productor de cine. Pero era mucho más, para nosotros era un amigo y un cómplice’’, aseguran.
En total, Bernardo Moll trabajó en cinco largometrajes y más de 20 cortometrajes. En uno de estos últimos, ’Amarradas’ de Carmen Córdoba González, fue nominado al Goya en la categoría de Mejor Cortometraje de Animación. En 2021 también fue nominado, en este caso a Mejor Cortometraje, otro de sus trabajos, ’Lo efímero’ (2021), de Jorge Muriel (por el cual obtuvo el Premio Fugaz a Mejor Montaje).
LA HISTORIA DE JAN Sobre ’La historia de Jan’, el cineasta reconocía, en declaraciones a Europa Press, que el principio de su paternidad fue ’’desconcertante’’ y confesaba que tanto él como su mujer tuvieron ’’muchos miedos y dudas’’. ’’Pero la primera noche nos abrazamos los tres y pensamos: es nuestro hijo’’, relataba.
Moll y su mujer, la actriz Mónica Vic, sintieron la alegría propia de unos padres que acaban de tener un hijo, pero también transitaron por ’’ese dolor que con el tiempo se convirtió en alegría’’. El director creía que el documental serviría para ’’normalizar el síndrome de Down’’, hablar de la educación y el cariño, y dar un lugar a la paternidad y la maternidad.
El filme llegó a salas y fue candidato en la categoría de mejor documental en los Premios Forqué y en las Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos.
Fuente: (EUROPA PRESS)