El caso de la desaparición de Emanuela Orlandi, hija de un empleado de la Prefectura de la Casa Pontificia del Vaticano, en 1983 ha gnerado nuevas tensiones esta semana en el Vaticano, que ha salido en defensa de Juan Pablo II tras la aparición de una supuesta grabación en la que ha sido acusado sin pruebas de explotación de menores, una insinuación que califica de ’’infame’’.
Este miércoles, el Promotor de Justicia del Vaticano (fiscal), Alessandro Diddi, mantuvo una reunión de ocho horas con el hermano de Emanuela, Pietro Orlandi, y su abogada, Laura Sgrò. En esa reunión el hermano de Emanuela Orlandi entregó al fiscal toda la información en su posesión y le pidió que se interrogue a todos los cardenales y hombres de la curia que podrían saber qué sucedió.
Además, reprodujo una parte de una grabación de audio que dijo haber pasado al fiscal, en la que una figura descrita como cercana a la mafia romana dice que se había pedido a un antiguo jefe de la mafia, Enrico De Pedis, que eliminara a chicas jóvenes que habían sido llevadas al Vaticano con fines de explotación sexual durante los años de Juan Pablo II.
Estas pruebas forman parte ahora del expediente después de que el fiscal del Vaticano decidiera reabrir en enero de este año el caso de la desaparición de la joven, después de que una serie de Netflix de cuatro capítulos titulada ’Vatican Girl’ generase una nueva atención sobre el caso. La decisión radicó en las peticiones formuladas por la familia en diversos foros lo que confirma la voluntad de la Santa Sede de arrojar luz sobre los hechos.
Orlandi lleva tiempo insistiendo en que los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco saben más de lo que han dicho sobre el caso de su hermana, pero últimamente ha agudizado sus insinuaciones sobre Juan Pablo II y sus presuntos vínculos con la explotación de menores.
Tras estas declaraciones de las que no hay ninguna evidencia, el Vaticano ha salido en defensa de Juan Pablo II. En un artículo editorial publicado en L’Osservatore Romano, el director editorial del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, Andrea Tornielli, ha destacado que son acusaciones ’’absurdas e infamantes’’.
’’Imagina qué hubiera pasado si tu familiar, ya fallecido, fuera universalmente conocido y respetado por todos debido a alguna función importante que desempeñara. ¿No habríamos leído comentarios y editoriales indignados por la forma incalificable en que se ha lesionado el buen nombre de este gran hombre, querido por tantos?’’, ha escrito Tornielli.
Por su parte, el que fuera secretario particular de Karol Wojtyla, el cardenal Stanislaw Dziwisz, ha tachado de ’’innobles’’ las acusaciones que vinculan vinculan al papa polaco con un supuesto escándalo de explotación sexual de niñas en el Vaticano.
Para Dziwisz, las declaraciones de Pietro Orlandi contra Juan Pablo II son ’’insinuaciones innobles’’. En un comunicado de prensa, el que fuera secretario del Papa polaco durante 40 años, ha deseado que la verdad ’’salga por fin a la luz del torbellino de engaños, mitomanías y saqueos’’ y espera que la justicia italiana garantice el ’’buen nombre’’ del Pontífice polaco.
Cuarenta años después de su desaparición, el caso de Emanuela Orlandi sigue siendo un asunto de interés público en Italia. En una entrevista publicada en el ’Corriere della Sera’ antes de la reunión con la familia de Orlandi, el fiscal Diddi del Vaticano señaló que Francisco quiere que ’’la verdad salga a la luz sin reservas’’ y que tiene una ’’voluntad de hierro’’ en relación con el caso.
En las últimas cuatro décadas, el Vaticano ha permitido la apertura de tumbas o la exhumación de huesos para determinar qué fue de la Emanuela Orlandi, hija de un ujier vaticano, cuya familia vivía en el Vaticano.
Fuente: (EUROPA PRESS)