La ONG Amnistía Internacional ha denunciado este viernes la extrema vulnerabilidad de los niños nigerianos ante la amenaza de los secuestros cuando se cumple el noveno aniversario del secuestro de 276 niñas de una escuela de Chibok por Boko Haram, de las cuales 98 siguen en manos de la organización yihadista a día de hoy.
El secuestro de las niñas de Chibok puso durante algún tiempo en los focos de la escena internacional la enorme inseguridad de la población infantil en Nigeria antes de volver a ocupar un segundo plano tras la liberación de aproximadamente la mitad de las secuestradas tres años después de su captura.
Sin embargo, Naciones Unidas y las ONG internacionales insisten cada año que la crisis no ha retrocedido un ápice. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) estima que más de 1.000 estudiantes han acabado en algún momento en manos de las bandas criminales nigerianas en el noroeste y el centro del país desde diciembre de 2020 y en torno a 11.000 escuelas han cerrado durante los últimos años en siete estados del país debido a la inseguridad reinante.
Desde 2014, UNICEF ha verificado más de 2.400 incidentes de violaciones graves, que han afectado a más de 6.800 niños en el noreste del país.
Las violaciones más comunes son el reclutamiento o la utilización de niños por grupos armados, con 700 casos verificados, seguidos de los secuestros de niños, con 693 incidentes, y los asesinatos y mutilaciones, con 675 casos.
Asimismo, el Consejo de Registro de Profesores de Nigeria (TCN, por sus siglas en inglés) informa de que, entre 2009 y 2022, unos 2.295 profesores murieron en ataques, más de 19.000 profesores fueron desplazados, más de 1.500 escuelas cerraron a causa de la inseguridad y 910 escuelas fueron destruidas.
Amnistía entiende, además, que más de 61 niños llevan al menos dos años secuestrados por grupos armados, en medio de las constantes denuncias del abandono que sienten las familias de los secuestrados, y que acaban negociando a su suerte los rescates de sus seres queridos ante la incapacidad de las fuerzas de seguridad del Estado.
ESTADO DE DESAMPARO Amnistía Internacional denuncia la absoluta situación de desamparo en la que viven las familias de las víctimas de los secuestros, un fenómeno al alza desde hace más de una década en el país africano, especialmente en estados como Zamfara o Katsina, donde ’’el secuestro se ha convertido en un negocio mucho más lucrativo que el petróleo’’, explica a la cadena Deutsche Welle el experto negociador en rescates Yehusa Getso.
’’Se está extendiendo por el país a cada día que pasa y no reconoce clases. Les da igual quien seas, de qué familia vienes, si eres rico o pobre’’, añade el negociador, quien denuncia el impacto a largo plazo de los secuestros dado que muchas de las niñas añaden al trauma del cautiverio el de los abusos sexuales a los que son sometidas durante su encierro.
’’Catorce de las niñas han vuelto con 24 niños’’, dice a Amnistía uno de los padres de las liberadas de Chibok. ’’Tenemos con nosotros a nietos cuyos padres no conocemos, no tenemos dinero para lidiar con la carga adicional de alimentar, educar y proporcionar atención médica a estos pequeños, y ello sin mencionar al estigma social al que nos enfrentamos’’.
El director para Nigeria de Amnistía Internacional, Osai Ojigho, ya denunció en enero que los escolares nigerianos bajo cautiverio están expuestos, además de al abuso sexual, a trabajos forzados, torturas y humillaciones’’.
Una de las niñas de Chibok, bajo condición de anonimato, insiste en que el Gobierno nigeriano ’’no puede olvidarse’’ de las 98 niñas que siguen secuestradas en manos del grupo yihadista.
Tras nueve años en manos de Boko Haram, para la joven solo hay una opción, y es la de la intervención por la fuerza: ’’Tienen que rescatarlas. Nueve años es demasiado tiempo como para estar en una situación tan deplorable. El Gobierno tiene que cumplir su promesa y rescatarlas’’.
Por su parte, el representante de UNICEF en Nigeria, Cristian Munduate, denuncia un momento en que ’’las estadísticas son inquietantes y la realidad es devastadora’’ porque ’’los niños siguen siendo secuestrados, reclutados a la fuerza, asesinados y heridos’’.
’’No podemos mirar para otro lado’’, añade, ’’ante el sufrimiento de los niños de Nigeria. Debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para garantizar que crecen seguros, con acceso a educación y con la oportunidad de desarrollar todo su potencial’’.
Fuente: (EUROPA PRESS)