La Audiencia Nacional juzga este jueves a los tres supuestos responsables de un zulo de explosivos de la banda terrorista ETA que fue localizado en junio de 2019 en el municipio de Arraia-Maeztu, en el concejo de Atauri, en Álava.
En su escrito de conclusiones provisionales, recogido por Europa Press, la Fiscalía explica que los acusados Imanol Jaio, Kepa Arkauz y Ekinhe Eizaguirre ’’confesaron los hechos en muestra de arrepentimiento y absoluta desvinculación con la organización terrorista, facilitando de tal modo el ejercicio de la acción penal’’.
En este contexto, el Ministerio Fiscal interesa para todos ellos la pena de dos años de prisión por un delito de tenencia de explosivos con fines terroristas en concepto de autores. Además, la Fiscalía pide que Jaio también sea condenado a un año y seis meses de prisión como autor de un delito de integración en organización terrorista.
El Ministerio Público explica que a mediados de mayo de 2009 Ibai Beobide, ya condenado por estos hechos, tras recibir en Francia un curso sobre uso de explosivos y sobre sustracción de vehículos, regresó al País Vasco con la misión de dinamizar dos comandos al servicio de los fines terroristas de ETA a los que se llamaría ’Imanol’ y ’Ezpala’.
’’En ejecución del compromiso asumido, organizó la creación del comando ’Ezpala’, para lo cual encargó a la acusada, Ekinhe Eizaguirre la selección de sus integrantes, siendo éstos finalmente los acusados Kepa Arkauz e Imanol Jaio. Para el desarrollo de su actividad terrorista, los citados integrantes del comando recibieron efectos y material explosivo que escondieron en un agujero -cerca de la antigua fábrica de asfaltos de Maeztu, próximo al concejo de Atauri (Álava)’’, explica el escrito.
La Fiscalía detalla que el 13 de febrero de 2010, con motivo de la desarticulación del comando ’Donosti’ liderado por Beobide, los acusados huyeron a Francia, donde Eizaguirre y Kepa Arkauz se mantuvieron en la estructura de la organización terrorista, en tanto que Jaio se desvinculó de la misma.
Fue en junio de 2019 cuando ’’por casualidad, fue descubierto el escondite donde los acusados mantenían a su disposición en sendos bidones enterrados’’ material explosivo.
Fuente: (EUROPA PRESS)